sábado, 5 de abril de 2008

La gallina de los huevos de oro y los molinos de viento

Apunte para gobernantes.com

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce


Tal y como era de esperarse, y así lo anticipamos, enredado en sus propias contradicciones, el Partido Revolucionario Institucional, por conducto de Beatriz Paredes Rangel, presidenta del Comité Ejecutivo Nacional, fijó la postura de su partido, en torno a la polémica intención calderonista de ir al encuentro del “tesorito” mediante una privatización simulada de los recursos energéticos de la Nación.


En el seno del Consejo Político Nacional del PRI, celebrado en la capital política de facto de Veracruz, Beatriz Paredes fue enfática al señalar que el gobierno del presidente Felipe Calderón no debe eludir su responsabilidad y presentar la iniciativa en la materia y que sus legisladores actuarán con patriotismo, valor y energía en defensa de los intereses de los mexicanos. “En materia energética el PRI se pronuncia contra cualquier intento de privatización del patrimonio de los mexicanos y reconoce que es necesario revisar y transparentar las formas y los medios a través de los cuales se administra”, estableció Paredes.


Coincidiendo con diversos expertos en el tema energético, que han expresado que el debate no debe circunscribirse a la operación de la paraestatal, sino que la reforma energética debe inscribirse en un contexto más amplio, con visión estratégica, en el que no debe eludirse el futuro de las nuevas generaciones y la preservación de soberanía y seguridad nacional, la ex gobernadora de Tlaxcala señaló la necesidad de una política integral que contemple un horizonte de largo plazo, que preserve la soberanía energética al tiempo de coordinarse con finanzas públicas, cadenas productivas, uso del suelo y agua, desarrollo del campo, y preservación del medio ambiente. Planteamiento con el que se acota la impaciencia de algunos destacados personajes del tricolor, entre ellos los gobernadores de los estados productores, que con criterios inmediatistas de corto plazo, pretenden ubicar a su partido frente a la reforma en un escenario típicamente electorero y de arrebatinga de la renta petrolera.


O se contempla de manera integral la tan pospuesta reforma energética, haciendo de la renta petrolera palanca del desarrollo, o terminaremos matando la gallina de los huevos de oro, de persistir en que Pemex siga siendo la caja chica que sustituye la ineficacia en la captación de recursos del gobierno federal, puntualizó Paredes Rangel.


Y si bien la presidenta del PRI aclaró, en alusión al ya de antemano descalificado diagnóstico calderonista, que el debate nacional viene de lustros atrás y que siempre se pretende polarizar o arrinconar el análisis con posiciones extremistas, el PRI está por encima de la urgencia de la derecha por forzar, a través de diagnósticos catastrofistas, decisiones antihistóricas que enajenan el patrimonio de la nación. También cura en salud a su partido al enfatizar que por encima de la invención de molinos de viento para manipular la vocación nacionalista del pueblo, reivindicando mesiánicamente lo que las fuerzas políticas progresistas y consistentes defiende el PRI con firmeza y responsabilidad política sin necesidad de estridencia ni demagogia electorera, en clara alusión al movimiento social de defensa del petróleo que encabeza López Obrador. Con lo que acota y ratifica la postura centrista del tricolor y, de hecho, deslinda a este de la confrontación polarizada entre la derecha y la izquierda movilizada.


Y no podía ser de otra manera, considerando que en el espinoso asunto de la privatización, el PRI es juez y parte. La iniciativa privatizadora no parte del panismo en el poder. Fox y Calderón han dado seguimiento a las políticas neoliberales implementadas por los gobiernos priístas de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, posicionamiento político e ideológico del que el tricolor no ha logrado desprenderse y del cual se derivan las actuales contradicciones que se observan al interior de este partido. Inclinarse a favor del PAN o del Frente Amplio Progresista y el movimiento social de rechazo a la privatización del petróleo, tales contradicciones se agudizarían al extremo de fracturar la unidad que hoy se sostiene con pinzas.


De ahí que Beatriz paredes, con capacidad política y visión de futuro que no le reconocen sus detractores, anticipándose lo mismo a Manlio Fabio Beltrones que a Manuel Bartlett, con su discurso deslinda al PRI del debate simulado a que llama Calderón Hinojosa, llamando, a su vez, a las filas priístas, a mantener la calma, la disciplina y paciencia necesarias, en espera de ver pasar frente a su puerta el cadáver del enemigo, para actuar en consecuencia.


La presidenta del institucional se reivindica a sí misma y retorna a la posición política que muchos le niegan. No obstante, no puede echarse en saco roto un hecho incontrovertible: la mano que mece la cuna en el PRI sigue siendo la de Carlos Salinas.

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