lunes, 27 de octubre de 2008

México se acerca peligrosamente a la hambruna, advierte senador

La Jornada. Matilde Pérez U.


Por el incremento de 65 por ciento en el costo de los fertilizantes, 43 en combustibles y 30 por ciento en semillas –entre abril del año pasado y de 2008–, reducción de los créditos y cambios en las reglas de operación que prácticamente paralizaron el acceso de los campesinos a los recursos de los programas productivos, un millón 100 mil hectáreas de maíz se dejaron de sembrar, según datos de la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario (AMSDA).


“De seguir en un escenario inercial, es decir, sin aplicar los principios establecidos en la Constitución y en sus leyes derivadas, como la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, la dependencia de las importaciones agroalimentarias será cada vez mayor, además de que en lo interno, el gran riesgo está en el desabasto y en un gran descontento de amplios sectores sociales de la sociedad mexicana”, sostuvo Octavio Jurado Juárez, coordinador técnico de AMSDA.


Las importaciones de maíz, arroz, soya y sorgo provienen en casi su totalidad de Estados Unidos; en 2005, se compraron en el exterior 47.6 millones de toneladas de granos y oleaginosas frente a una producción interna de casi 30 millones; para 2010 se estima que las importaciones ascenderán a 51.4 millones de toneladas y la producción interna será de 30.5 millones de toneladas, la cual en los próximos dos lustros se incrementará en medio millón de toneladas, en tanto el volumen de las compras externas se elevará en casi 4 millones de toneladas.


“Por la escasez de granos en el mundo, México se acerca peligrosamente a padecer hambruna, pues ha perdido su autonomía e independencia alimentarias”, dijo el presidente de la Comisión de Desarrollo Rural de la Cámara de Senadores, Heladio Ramírez López.

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