sábado, 22 de mayo de 2010

Javier Duarte, un peligro para Veracruz

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Lo afirmo y lo sostengo. No teniendo los tamaños para ganarle en buena lid a sus adversarios políticos en un debate abierto, ni mucho menos valor civil para enfrentar al candidato de la coalición PAN-PANAL a la gubernatura del estado, Lic. Miguel Ángel Yunes Linares, y en su cara espetarle que es pederasta y enemigo de la niñez veracruzana, se vale de interpósita persona para verter telefónicamente su ignominiosa y cobarde pequeñez intelectual y política.

No conforme con ofender la inteligencia de los veracruzanos con el grosero derroche de recursos públicos y su negativa a aceptar su participación protagónica, en el multimillonario endeudamiento que vía bursatilización del impuesto a la tenencia vehicular heredará la administración de Fidel Herrera Beltrán, el Sr. Javier Duarte de Ochoa insiste en valerse de la mentira y la calumnia para hacerse presente en los hogares y ánimo del electorado como el inmaculado joven que, a diferencia de sus adversarios políticos, no teniendo cola que le pisen, es el mejor prospecto para gobernar a Veracruz.

Javier Duarte de Ochoa tira la piedra y cobardemente con toda impunidad esconde la mano. Amparado por el anonimato de terceros al servicio de su equipo de campaña, denigra a la política y envenena a la gran familia veracruzana, difundiendo casa por casa, lo mismo por teléfono que mediante sucios panfletos escritos con estiércol por un conocido texto servidor a sueldo, así como valiéndose de ignorantes y humildes personas que por necesidad bailan al son que les toca Cesar del Ángel y Reynaldo Escobar Pérez, mentiras y calumnias que personalmente no se atrevería a sostener personalmente frente a Miguel Ángel Yunes Linares.

No comulgo con el PAN, reitero. Tampoco Miguel Ángel Yunes Linares es santo de mi devoción como aspirante a gobernador de Veracruz. Sin embargo, como ciudadano de buena fe que anhela un mejor destino para nuestra entidad, víctima en mi propio hogar de la suciedad de una estrategia electoral pedestre e indigna de quien se asume como persona decente, con escolaridad sobresaliente y capacidad suficiente para gobernarnos, puedo proclamar a los cuatro vientos que Javier Duarte de Ochoa es un verdadero peligro para Veracruz. No merece el voto de los veracruzanos.

No estoy seguro de que me publiquen lo anterior. Justifico el rechazo de aquellos medios que me brindan su generosidad otorgándome espacio para expresar públicamente mis opiniones, puesto que soy consciente de que en Veracruz el horno no está para bollos.

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lunes, 17 de mayo de 2010

Yucatán, triunfo Pírrico del PRI

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

En el marco de una incipiente y ya pervertida democracia representativa, todo es posible, incluso el perder ganando.

Tras divulgarse los primeros resultados obtenidos en la encuesta de salida, Beatriz Paredes 45 minutos después de cerradas las casillas, ya festinaba el triunfo de la candidata de la gobernadora de la entidad a la alcaldía de Mérida, dando por sentado que la victoria de Angélica Araujo Lara con el 52.7 por ciento de la votación por sobre el 37.3 a favor de la abanderada panista Beatriz Zavala Peniche, “era irreversible”.

Ya con actas en mano, la dirigencia estatal del PRI en rueda de prensa dio a conocer que con el cien por ciento de actas computadas su candidata a la alcaldía de Mérida, ganaba con 155 mil 367 votos, contra 141 mil 111 votos de la candidata del PAN, Beatriz Zavala Peniche. Una diferencia de apenas 14 mil 256 votos a favor de la favorita de la gobernadora.

Aceptando sin conceder que el triunfo anunciado efectivamente fuera irreversible, el priísmo después de 19 años recuperaría Mérida, “joya de la corona” y, de hecho, capital económica del sureste mexicano.

Sin embargo, no puede hacerse de lado que tal manifestación de triunfalismo anticipado, en un municipio en el que una mayoría días antes de los comicios ya otorgaba la victoria a la candidata panista, se presta a diversas lecturas y a no pocas interrogantes.

¿Realmente el PRI contó con la mejor carta para la alcaldía? ¿Los meridenses confían ciegamente en su gobernadora de extracción priísta? ¿El PRI, a nivel nacional y en Yucatán, es la mejor opción para frenar el deterioro social y económico propiciado por la administración calderonista?

Corresponderá a los meridenses reflexionar y sacar en su momento conclusiones sobre este fenómeno, aunque ya también con carácter anticipado, linealmente y sin mayor análisis muchos coinciden en atribuir el triunfo oficialmente aún no confirmado, a una “elección de estado” apoyada por el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, sus “mapaches” y recursos materiales y financieros presumiblemente proporcionados a la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco para inclinar la balanza a favor del PRI.

A mi juicio, otros factores ajenos a la entidad, a su correlación interna de las fuerzas políticas, y a la confrontación exacerbada de escuderos al servicio de los poderosos poderes fácticos regionales, pudieran haber incidido para la vuelta de la tortilla. Entre otros, el miedo, pudiéndose atribuir el éxito electoral del PRI, en una ciudad tradicionalmente conservadora, amante de la paz, y con expectativas reales de mejoramiento de calidad de vida, al impacto sobre las clases medias del presunto plagio del ex candidato presidencial Diego Fernández de Ceballos, que exhibiera horas antes del sufragio a la administración de Felipe Calderón Hinojosa y al panismo, como incapaces de brindar seguridad a la ciudadanía, así como también incapaces de ofrecer caminos ciertos para un crecimiento económico y desarrollo compartido en un clima de concordia, y paz social. Si esto es así, podría haber pesado más la percepción coyuntural del votante frente a la urna, que 19 años de una evidente y exitosa administración panista en la capital de Yucatán.

Influencia mediática y percepción cortoplacista inducida que, a mi manera de ver las cosas, en el mediano y largo plazo no modifica en lo sustantivo convicción ideológica y pragmatismo de la sociedad meridense que, a su manera, se defiende con éxito de la crisis económica, del desempleo y de la incertidumbre social. Lo cual pone en entredicho las expectativas triunfalistas del PRI y su nueva generación de políticos ajenos a la dinámica histórica de Yucatán. Hoy por hoy, tendría que gobernar a una población predominantemente urbana, participativa, exigente pero a su vez dividida, desigual, polarizada, renuente a aceptar el discurso demagógico, la promesa fácil, la improvisación y la corrupción impune, tan propia del priísmo.

Todo un reto, que bien podría significar para el PRI el ganar Mérida hoy para perder Yucatán en el 2012. Un triunfo pírrico que las y los meridenses sabrán ubicar en su justa dimensión pero que, de ninguna manera, tal experiencia debería extrapolarse a Veracruz como algunos pretenden haciendo cuentas alegres por anticipado. Nuestra realidad y circunstancia es otra y no cabe ni se acepta más triunfalismo sin sustento.

En Yucatán la contienda se dio de manera polarizada entre el PRI y el PAN, sin mayor interferencia por parte de una oposición de centro izquierda en tanto que, en Veracruz, con mayor pluralidad, el 60 por ciento a lo más del padrón electoral tendrá que repartirse entre tres coaliciones que abarcan todo el espectro político electoral. Esta simple diferencia cuantitativa pudiera dar lugar a sorpresas no esperadas el próximo cuatro de julio. No anticipemos vísperas.

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Fidel endeudó a veracruzanos por 30 años: Dante

El candidato de la Coalición Para Cambiar a Veracruz, Dante Delgado Rannauro, dijo que cada veracruzano enfrenta actualmente una deuda de 6 mil pesos y 30 mil pesos por familia, pagaderos en los próximos 30 años gracias al esquema de bursatilización que implementó el Gobierno del Estado que dejará una deuda de casi 40 mil millones de pesos.


--Es un gobierno que endeudó al estado y que no ha realizado acciones de inversión productiva que reactiven la economía de Veracruz y que garanticen el pago de una deuda tan desproporcionadamente contraída de más de 4 mil millones de dólares-- señaló Dante.


Dijo que ojalá el dinero de la bursatilización se hubiera utilizado para realizar obras de infraestructura de gran trascendencia, hubiera valido la pena, pero se hicieron obras que a lo largo de los años van a valer 6 o 7 veces más de su valor-- señaló el abanderado de la Coalición en rueda de prensa con los medios de comunicación.


Habló de la desmedida propaganda que paga el Gobierno del Estado para posicionar al “delfín del Gobernador” cuyo único mérito es haber dejado endeudado por los próximos 30 años.


--El gobernador ha estado actuando en un ejercicio desde mi punto de vista perverso, tratando de imponer a su delfín, arrollando a todo el que se pueda dejar arrollar, pero a nosotros no nos van a arrollar con la simulación y el engaño con la que tienen a los Veracruzanos, por eso estoy convocado a una gran cruzada ciudadana para ganar el próximo 4 de Julio-- indicó.

domingo, 16 de mayo de 2010

Total apoyo a Dante Delgado: Andrés Manuel López Obrador

Acayucan, Ver.- De los tres candidatos al gobierno estatal, Dante es el mejor, insistió López Obrador al aclarar que no acompañaría a ningún acto de campaña a los aspirantes del tricolor y del blanquiazul, porque “corro el riesgo de que me roben hasta la cartera”. Ya se estaba tardando el Peje en definirse frente a la candidatura de Delgado Rannauro. La línea está dada, así que chavos, ya no hay pretexto.

jueves, 13 de mayo de 2010

Veracruz. Los jóvenes frente a las elecciones

Pulso Crítico

J. Enrique Olivera Arce

Los candidatos a la gubernatura velan armas. Tras el registro y su aceptación por el Instituto Electoral Veracruzano, habrán de iniciar el sábado 15 de mayo sus campañas formales en pos del voto ciudadano, que definirá quién de los tres aspirantes gobernará a la entidad.

El reto es convencer. El objetivo, una mayoría de votantes potenciales ajenos a los partidos políticos y coaliciones en contienda, entre los que destaca un amplio espectro de jóvenes que ya sistemáticamente vienen dando la espalda a la elección de representantes populares. Mismos a los que los candidatos no tienen nada que ofrecer, como hasta ahora ha sido observado en las llamadas eufemísticamente “pre campañas”.

Poca importancia se le dio por parte de los pre candidatos a la información que divulgara Sergio Vera Olvera, Vocal del Registro Federal de Electores en Veracruz, en torno al hecho de que 160 mil jóvenes contarán con mayoría de edad para inicios de julio, y 128 mil no tramitaron su credencial de elector. Hecho que el propio funcionario calificara como grave, en la medida que “demuestra fehacientemente el que los políticos no han despertado ningún tipo de entusiasmo en la juventud que le concite a participar electoralmente”.

Contextualizando lo anterior en el marco del actual proceso electoral, el número de jóvenes que dan la espalda a una elección que debería ser relevante en función de que en ello va de por medio el futuro de Veracruz y sus propias expectativas de realización personal, pone en entredicho el exceso de confianza que la clase política tiene depositada en la juventud. Sin excepción, sin distingo partidista, se parte del supuesto, primero, de que este sector de la población es homogéneo y, segundo, que el pretendido relevo generacional en la vida política de la entidad ha calado hondo en los jóvenes, como lo afirma de manera categórica la corriente priísta de la “Fidelidad” en Veracruz.

Respecto a lo primero, no se puede tasar con tabla rasa a una juventud en principio plural, que no escapa a las condiciones de desigualdad económica, social y cultural que privan en la entidad, por no decir que en todo el país; cada joven en el seno familiar, piensa y actúa según su origen regional y de clase, según le va en la feria a sus padres, hermanos o parientes y amigos cercanos, reafirmándose su particular percepción de la realidad y su entorno cercano, al socializar con otros jóvenes de igual o diferente estatus, en el barrio, la escuela, el taller o en el surco.

Adicionalmente, la diferencia de género establece también proyectos diferenciados de vida para los y las jóvenes; las expectativas de inclusión, movilidad social, mejoría económica, oportunidades de empleo y educación, rol a desempeñar en la familia, no son comunes a ambos sexos. Luego no se puede generalizar metiendo a unos y a otras en el mismo costal.

En cuanto al pretendido relevo generacional en la vida política, para la gran mayoría de los jóvenes es más que entelequia, burda simulación. A nadie escapa que los cargos públicos recaen, salvo honrosas y muy contadas excepciones, en los hijos, entenados, protegidos o amantes de encumbrados políticos y empresarios. Para el pueblo llano, el futuro político de sus jóvenes, si bien les va, como subordinados termina en donde empieza el encumbramiento de la clase dominante.

Lo que la juventud tiene a la vista como paradigma de movilidad política en Veracruz, es la cada vez mayor presencia de oportunistas y vividores que siendo jóvenes piensan como viejos decrépitos, sin mayor motivación que enriquecerse cuanto antes; dignos herederos de la corrupción, impunidad y simulación, refractarios a todo cambio que implique trastocar sus intereses presentes y futuros.

Así que de cuál relevo generacional se estaría hablando, y qué políticas públicas destinadas a la juventud proponen los candidatos que pueda atraer a las nuevas generaciones de votantes. Sin embargo, tampoco podemos incurrir en el mismo error, generalizando. Las excepciones se dan confirmando la regla y un buen número de jóvenes escuchando el canto de las sirenas, ponen su mejor esfuerzo en aplicarse a una asimétrica competencia con la esperanza de que el poder “les salpique”, y puedan fundar sus expectativas de desarrollo personal en el ejercicio de la política y el servicio público. Pero de eso a considerar que nuestros jóvenes, sin más, expresen un especial entusiasmo por participar en un proceso electoral que sienten ajeno e impuesto a sus propias aspiraciones, hay mucho trecho; esto debería considerar todo aquel que en sus letanías proselitistas, pretenda ignorar que la suma de dos más dos no necesariamente arroja como producto un cuatro.

Charlando con un grupo de jóvenes que contemplan en teoría a la participación de la juventud como oportunidad generacional para sanear la vida política, económica y social de Veracruz, impulsando el desarrollo y abatiendo la desigualdad y la pobreza, éstos me compartieron tales reflexiones; justificando el por qué no se sienten atraídos por los llamados a participar en el actual proceso electoral. “Los políticos no tienen nada que ofrecernos, están entregados a los poderes fácticos y no hay ninguna diferencia entre lo que nos propone el PRI, el PAN ó los partidos que se dicen de izquierda”.

¿Y que proponen entonces? Les dije, pues con su manera de pensar y de actuar, les guste o no les guste están participando en la vida política de Veracruz, y habrán de influir para bien o para mal en el resultado electoral. Se asumen como fuerza beligerante pero a su vez no quieren comprometerse como jóvenes con un proceso que demanda la participación de todos. Si rechazan al PRI y al PAN al mismo tiempo que a los partidos de la coalición de centro izquierda, ¿cómo van a expresar este rechazo en las urnas?

“No vamos a votar. Sería hacerle el juego a la mafia en el poder.”, dicen mecánicamente unos, en tanto que otros simplemente se encogen de hombros.
¿Ya pensaron en que la abstención lo mismo que el voto nulo numéricamente benefician al PRI o al PAN, fortaleciéndose la tendencia a un bipartidismo nefasto? Les pregunté.

“Peor sería el voto útil a favor del PAN como lo proponen los chuchos que controlan al PRD en Veracruz”, contestaron en coro.

Cierto es que en el actual proceso electoral no hay mucho de donde escoger, la contienda está polarizada entre los candidatos del PRI y el PAN que representan continuidad y retroceso; marginalmente, como tercera opción se tiene a la coalición de centro izquierda, con todas sus limitaciones, pero al fin una opción válida para intentar dejar atrás el más de lo mismo. De ahí que si bien la actuación de los políticos, tanto en su vida personal como en el quehacer público, no despierta en los jóvenes ningún tipo de entusiasmo e interés en participar electoralmente, las nuevas generaciones de ciudadanos no deberían dejar de considerar que hoy por hoy en nuestra incipiente democracia, sólo hay de dos sopas: o participas o te quedas al margen. No votar, marginándose, o tomar el camino cómodo del voto útil sin mayor reflexión, condena a los jóvenes a seguir siendo ignorados y excluidos.

Bien vale la pena que los jóvenes participen, alcen la voz, exijan, propongan, haciéndose presentes inyectándole nuevos aires a un anquilosado Veracruz postrado en el subdesarrollo. Chance y así los candidatos entiendan que el futuro de la entidad está en manos de esa fresca, abigarrada, incomprendida y rebelde juventud que hoy exige sin encontrar un camino válido, dejar de ser un número más en la aritmética político electoral.

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