jueves, 1 de noviembre de 2007

El Campo mexicano. Perversidad del PRIAN

En Perspectiva

J. Enrique Olivera Arce

Una vez más el PRI y el PAN en una perversa alianza dejan a su suerte al campo mexicano. La esperada indefensión frente a la apertura del sector agropecuario dispuesta en el TLCAN para enero próximo, debe darse ya como un hecho ante la negativa de las bancadas de ambos partidos en la Cámara de Diputados, a la autorización de partidas presupuestales específicas para el 2008, que estarían destinadas a para salvaguardar desde el gobierno federal a los campesinos mexicanos ante el inminente embate que representa la apertura a la libre exportación e importación de granos básicos.

El mayoriteo legislativo, de espaldas al campesinado nacional, descartó la propuesta del PRD, Convergencia y PT, sumándose a la indiferencia con la que, en los tres órdenes de gobierno del país, se contempla la traición salinista al campo mexicano. Dándose un paso más en contra de la soberanía alimentaria del Estado mexicano.

Ante el hecho consumado, los productores de granos básicos, carne, leche y azúcar, en su mayoría, pequeños y medianos, tendrán que enfrentar solos los efectos de la apertura arancelaria, compitiendo en absoluta desventaja con productores primarios y poderosos consorcios trasnacionales de la industria agroalimentaria, altamente subsidiados por los gobiernos norteamericano y canadiense.

Con lo anterior, queda demostrado que todo el escándalo mediático en torno al ex presidente Vicente Fox, incluido el show del derribo de la estatua en Boca del Río, no ha sido otra cosa que una cortina de humo más con la que el PRIAN pretende ocultar su traición a México. Preocupados y ocupados en las minucias del más que evidente saqueo de las arcas públicas por parte de la pareja de taimados seudo rancheros, los mexicanos nos mantenemos ajenos a lo sustantivo: la constante traición al país por una clase política insensible y corrupta, entregada a los intereses del gran capital.

No faltarán voces que afirmen lo contrario. Autoridades federales, estatales y municipales, así como la mayoría de la representación popular, sacará a relucir las ventajas de los programas asistencialistas, paliativos con los que dicen blindar al campo mexicano. A los que se les atribuye el fortalecimiento de capacidad productiva, competitividad y acceso a los mercados internacionales del sector agropecuario. Patrañas demagógicas con las que se dice simultáneamente se combate a la pobreza. Pasando por alto que nuestros productores agrícolas y pecuarios ni piden limosna ni pueden depender permanentemente de políticas emergentes que, en la coyuntura, si contribuyen a la distorsión de procesos electorales.

Los productores agropecuarios nacionales exigen trato justo dentro del marco de un tratado en el que compiten economías nacionales asimétricas, en beneficio de la más fuerte. Tal exigencia ha sido ignorada por las bancadas del PRI y el PAN en el Congreso de la Unión.

Y por si eso fuera poco, como consecuencia del mismo instrumento, al interior del país se hará competir criminalmente a economías regionales, también asimétricas, en las que las unidades productivas con mayor capacidad, nivel de integración, conexión con los circuitos comerciales internacionales y beneficiarias de una mayor concentración de infraestructura y respaldo gubernamental, eliminarán a aquellas que, como las de subsistencia, constituyen mayoría en el campo mexicano. No estando exento lo anterior de una probable inducción gubernamental al incremento de la migración, la proletarización de la mano de obra campesina y la reconversión de amplias áreas de cultivo substituyendo producción de alimentos por materia prima para la industria bioenergética, para restarle presión a lo que a partir del primero de enero del 2008 constituirá el problema más álgido de la Nación.

En este contexto, la representación popular electa que integrará la CLI Legislatura veracruzana, por cierto la más gris de que se tenga memoria, ajena al problema, como se constatara en las campañas proselitistas, se sumará al clima de indiferencia, demagogia y traición que priva en la atención al agro veracruzano. El emblemático armadillo de Rinconada será su pendón.

pulsocritico@gmail.com

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