miércoles, 1 de julio de 2009

Veracruz. Lo que viene

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Sea cual fuere el resultado de los comicios a celebrarse el próximo domingo, un día después iniciará la verdadera batalla por el poder en Veracruz. Si el actual proceso para elegir diputados federales se ha venido dando en un escenario de guerra sucia, polarizando a la sociedad, no quiero ni imaginarme el que vivirá nuestra vernácula clase política a partir del próximo seis de julio. Porque de algo puedo estar seguro: el enfrentamiento por el toma todo entre Calderón Hinojosa y Fidel Herrera Beltrán no tendrá límite. Los aspirantes del PRI y del PAN a gobernar Veracruz, pasarán a segundo plano en tanto que los dos mandatarios habrán de dirimir de cual cuero salen más correas.

Esto, cuando menos en lo que resta del 2009 pues para nadie es un secreto que el poder de Calderón tenderá a fortalecerse, por la vía que fuere, en su presunción de prolongar la estancia del PAN en Los Pinos cuando menos hasta el 2030, en tanto que para Fidel Herrera irá disminuyendo conforme concluye su sexenio. Y si bien tampoco es de dudarse que a nivel nacional el PRI habrá de acotar la capacidad de maniobra de la casa presidencial, a como están las cosas difícilmente metería las manos al fuego por el hombre fuerte de Nopaltepec. Razones sobran, pero lo más lógico dentro de la surrealista lógica del poder formal en México, es que al interior del partido tricolor se buscará disminuir y no incrementar el número de posibles aspirantes a la presidencia de la República.

Aún no concluye el proceso de elección de la diputación federal y ya en el ámbito nacional el tricolor da señales de tal tendencia a la depuración del puñado de aspirantes a la candidatura presidencial en el 2012.

Subestimándose el papel que en el 2010 pudieran jugar Convergencia y PRD, a los que no se les ve ni se les escucha, es de considerarse que la pugna electoral para la gubernatura de Veracruz se reducirá a la confrontación PRI-PAN. Sin embargo, no hay que olvidar que esta se daría en un escenario social de crisis económica, deterioro de la credibilidad en las instituciones, así como de descontento y rechazo al quehacer de los partidos políticos. Pudiendo darse el caso de que la izquierda electoral irrumpiera con mayor fuerza y presencia en un banquete al cual no ha sido invitada, modificando el esquema hasta ahora planteado.

Si esto último se diera, llegado el momento, guerra sucia y autoritarismo, que incluye la criminalización de la protesta popular dominarían el escenario. Por lo que salta a la vista la interrogante: ¿Se cuenta en Veracruz con un político que como candidato a la gubernatura pudiera dominar y salir avante en un escenario de tal naturaleza?

Se los dejo de tarea a los que saben de estas cosas.

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