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viernes, 6 de febrero de 2009

Víctor M. Quintana S.: Ingobernabilidad

Obregón estaría muy extrañado. Doscientos cuarenta cañonazos de mil millones de pesos cada uno no fueron suficientes para doblegar la resistencia campesina. Al contrario: a mayor presupuesto para el agro, mayor la indignación de los más cuando ven que los recursos sólo fluyen para unos cuantos. Indignación que se volvió a mostrar en la marcha del 30 de enero en el Distrito Federal, en el Puente Internacional de Ciudad Juárez y en varios estados de la República.


Ya no es un simple malestar recurrente lo que revelan las movilizaciones campesinas de enero. Ni la protesta cíclica de tiempos electorales, como lo tratan de descalificar algunos políticos gobiernistas. Lo que sucede es que la ingobernabilidad se está adueñando del campo mexicano.


La gobernabilidad puede entenderse como eficacia en la acción de gobierno; como la capacidad de respuesta de la misma a las demandas sociales, o como la estabilidad social generada por una combinación de las anteriores.


En el sector agroalimentario la ineficacia del gobierno federal es evidente: a pesar de que se gastan más de 200 mil millones de pesos en el sector, la balanza comercial del mismo alcanza un déficit histórico de 4 mil millones de dólares. Pese a que existen decenas de programas, nuestra dependencia alimentaria del extranjero llega ya a 35 por ciento. Y la miseria y desigualdad rurales se siguen burlando de presupuestos astronómicos y programas tecnocráticos.


En cuanto a la gobernabilidad como legitimidad ganada con base en la respuesta adecuada a las demandas sociales, basten los siguientes ejemplos:


Los productores de leche, que han intensificado sus protestas, se declaran al borde de la quiebra. Denuncian la competencia desleal de las importaciones de leche de Estados Unidos a precio dumping. En la zona más productiva de Chihuahua, producir un litro cuesta arriba de cinco pesos, mientras que importar la leche en polvo y rehidratarla aquí cuesta sólo tres pesos con cinco centavos. Por esto, sólo de enero de 2008 a enero de 2009 las importaciones del lácteo aumentaron 23 por ciento. Muchos perdedores de ambos lados de la frontera. El puñado de ganadores: los grandes consorcios lecheros y las megacooperativas estadunidenses.


Los porcicultores nacionales también están a punto de colapsar. Por más cabildeo, por más exhortos del Congreso de la Unión –seis para ser precisos– que han emprendido ante ante la Secretaría de Economía, no han podido evitar la importación de puerco del extranjero. Tan sólo el año pasado las importaciones crecieron 50 por ciento.


Los productores de maíz de Sinaloa y Chihuahua altamente productivos y tecnificados expanden su producción, pero enfrentan la incompetencia de funcionarios de Sagarpa y Aserca, y la codicia de los engordadores y monstruos lecheros. En un primer caso, la liquidación anticipada de coberturas por parte de las grandes compradoras los ha puesto en riesgo de perder mil 300 millones de pesos. Por su parte, los maiceros chihuahuenses se enfrentan a que los grandes compradores pretenden incumplir el contrato signado por ellos y liquidarles el dólar a sólo 12.30 pesos porque los negocios no les resultaron como calculaban. Si se salen con la suya, los agricultores habrán perdido 500 millones de pesos. Estamos hablando no de campesinos estrictamente, sino de productores medianos y ya no tan medianos. Los próximos damnificados de la política agropecuaria. Y los eternos beneficiados, los grandes consorcios como Leche Lala que liquidaron sus coberturas pensando que iban a hacer el negocio de la vida, pero al seguir a la baja el precio del maíz, pretenden ahora que el gobierno y los productores les financien sus pérdidas: un fobaproíta maicero, el fobamáiz.


Los algodoneros también se indignan: hasta el año pasado les pagaron a 16 mil pesos la tonelada de buena fibra. Pero la invasión de fibra de mala calidad procedente de Estados Unidos les ha derrumbado el precio hasta 12 mil 600 pesos. Tan sólo en Chihuahua esto puede impactar en que se dejen de sembrar 70 mil hectáreas y se pierdan más de 2 millones de jornales. Aquí no sería un paro técnico como en la industria, sería un paro total.


Porque el gobierno ni ha sido eficaz para producir alimentos ni empleos ni responde a las demandas de las mayorías y sólo acciona para los oligopolios, la tercera vertiente de la gobernabilidad tampoco se da en el campo: la estabilidad. Y no hablamos sólo de las variopintas movilizaciones rurales. Hablamos también de los espacios rurales que el Estado abandona para dejarlos a merced de la delincuencia organizada, del despoblamiento de comunidades, de la quiebra de sistemas-producto completos.


No lo dicen los gringos, lo gritan los campesinos: para ellos cuando menos el gobierno, si no es que todo el Estado, es claramente fallido.


La Jornada 06/02/09


viernes, 28 de noviembre de 2008

Víctor M. Quintana S.: Presupuesto rural 2009, otra vez la misma

Con otro de estos “mayores presupuestos de la historia” para el campo mexicano éste acabará de arruinarse. Porque a pesar de las celebraciones de algunos y la propaganda federal de que se aumentaron 31 mil millones a lo originalmente propuesto por el Ejecutivo, la agricultura productora de alimentos básicos, la que genera más empleos, la que involucra a 25 millones de mexicanos, es de nuevo relegada en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2009.

El rompimiento del cuasimonopolio priísta de muchos años en la Cámara de Diputados ha cambiado sustancialmente la forma de procesar el Presupuesto de Egresos de la Federación. Lo que antes era aceptar con leves modificaciones la propuesta del Presidente, ahora se ha convertido en un apasionante juego de fuerzas, construcción de pactos, de equilibrios, compromisos.

Ya no existe la sumisión al Ejecutivo, pero han aparecido otros vicios: el clientelismo de algunos legisladores que tienen más fuerza; la puja de los gobernadores y sus diputados para jalar más recursos para sus entidades; el cabildeo de diversos grupos sociales o grupos de interés. Esto hace que el presupuesto que emerge de todo el proceso muchas veces carezca de visión estratégica, tienda a favorecer posturas electoreras, exprese compromisos cupulares y olvide los propósitos de desarrollo del país a largo plazo.

El presupuesto para el campo, el PEC (programa especial concurrente) para 2009 podrá ser más cuantioso desde algún punto de vista, pero de él están ausentes una visión y una estrategia para que nuestra agricultura se consolide como palanca de desarrollo, fuente de empleos dignos y pilar de la soberanía nacional.

Los mismos vicios del presupuesto de 2009 aparecen ahora: concentración de recursos en los agroexportadores y grandes productores de algunas regiones, sobre todo del norte del país. Se reduce lo asignado al rubro “desarrollo rural”, donde pudieran ubicarse los programas para apoyar el desarrollo productivo de agricultores campesinos e indígenas, de 4 mil 300 millones de pesos en 2008, a sólo 2 mil 600 en 2009. En cambio, hay un aumento sustancial de los recursos para programas asistenciales en el campo, como el de adultos mayores o el de pobreza rural: los campesinos pobres se siguen considerando, no como productores, sino como destinatarios de despensas y engrosadores de mítines y de urnas.

Tampoco hay una orientación clara, con suficiente volumen de recursos frescos para la producción de alimentos básicos y la sustitución de importaciones de los mismos. Al gobierno federal le vuelve a importar un bledo la dependencia alimentaria. Por otro lado, se vuelve a caer en el error de dotar de grandes recursos a los programas que más alto subejercicio presentan en 2008, como el de infraestructura rural, premiado con 10 mil millones de pesos, a pesar de que se ha subejercido este año en 50 por ciento. Se priva de recursos a los estados, por ejemplo, este año el programa de Adquisición de Activos Productivos se federalizó en ciento por ciento, pero para 2009 sólo se ejercerá por las entidades federativas 80 por ciento del mismo y el 20 por ciento restante, 2 mil 600 millones de pesos, quedará sujeto a la decisión discrecional del secretario de Agricultura.

Y todavía faltan las reglas de operación. Al momento de redactarlas, la SHCP se vengará de los aumentos que le hizo la Cámara de Diputados y pondrá tales candados que hará casi imposible acceder a algunos programas y volverá a provocar sub ejercicios.

Es de entenderse que un gobierno federal que no se compromete con la agricultura campesina proceda de esta manera. Es de entenderse que siga desde el presupuesto promoviendo la dependencia alimentaria cuando Felipe Calderón acaba de regañar a Barack Obama por pretender revisar el TLCAN, que requiere una renegociación urgente al menos en el aspecto de granos básicos.

Lo que no es de entenderse es que las organizaciones campesinas hayan cometido el mismo error de otros años. Ahora se unieron de manera sorprendente para realizar la gigantesca marcha del 31 de enero y exigir la renegociación del TLCAN en materia agropecuaria. Flor de pocos días, porque la unidad se rompió y al momento de pujar por el presupuesto para el campo predominaron los intereses de bloques o de corporaciones. Salvo excepciones, cada quien luchó por los recursos para su organización, para su estado o su partido.

Se volvió a desperdiciar la ocasión para construir una fuerza nacional que exija un presupuesto rural con visión de Estado. Un presupuesto multianual que comprometa los recursos necesarios para potenciar la producción campesina, de alimentos baratos para los consumidores mexicanos y genere condiciones de vida digna para los productores a la vez que elimine nuestra creciente dependencia alimentaria.

Ni las organizaciones campesinas, ni los legisladores ni los partidos, estuvimos a la altura de lo que el campo mexicano se merece.

La Jornada. 28/11/08

jueves, 27 de noviembre de 2008

José Rigane: El Titanic se hunde, la orquesta sigue tocando…

El Titanic se hunde, la orquesta continúa tocando, mientras el Capitán reparte salvavidas sólo entre la clase pudiente. Los grupos económicos, las multinacionales y los empresarios, aprovechan la coyuntura para producir todos los ajustes necesarios tendientes a lograr que la crisis la paguemos quienes no la provocamos.

Ver nota completa en: Our Word In Resistance

martes, 8 de julio de 2008

El síndrome de María Antonieta

Los líderes del G8 se dieron un banquete de lujo después de manifestar su preocupación por el aumento de los precios en el mundo.


El Grupo del G8, integrado por los EEUU, Japón, Canadá, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Rusia, manifestaron su preocupación por la subida de los precios de los alimentos que amenaza la seguridad alimentaria global, lo que llevaría a la pobreza a millones de personas. (…)


La cena incluyó desde maíz con caviar, pasando por dados de atún con aguacate y gelatina de soja o almejas hervidas, hasta salmón ahumado y erizos de mar. La comida de los líderes más poderosos del mundo incluyó las más exquisitas delicias culinarias: gambas, ternera, atún, verduras, etc.


http://lafarolera.wordpress.com/2008/07/08/el-sindrome-de-maria-antonieta/

Fuente: http://www.infobae.com/contenidos/390565-100891-0-Comen-19-platos-mientras-discuten


jueves, 26 de junio de 2008

Estupidez a la carta

Publicado por: A. Castro (Autoridad contra poder)


D e s a y u n o

*


Un jugo de 8 verduras con Omega 3 de la marca HERDEZ
y/o una lata de atún Premium en agua de la marca DOLORES
y/o gelatina de la marca ANGEL

C o m i d a

*

Sopa Mexicana Ministrone de la marca Knorr

Espaguetti en salsa de 4 quesos de la marca Hunt’ s con hojas de perejil deshidratado ESCOSA

Cochinita pibil de marca San Miguel con guarnición de champiñones en trozos MONTE BLANCO y frijoles refritos bayos SAN MARCOS

*

(Postre)


Mangos en almíbar SANTA MÓNICA
Té negro Mc Cormick


C e n a

*


Cóctel de frutas Santa Mónica
y /o café con leche
BENEDICK


No es el recetario de “Chepina” Peralta , ni tampoco estoy intentando hacerla de “Ratatouille” . Se trata de una sugerencia para la elaboración de un menú con algunos de los productos de la lista que dio a conocer Felipe Calderón los cuales mantendrán un precio fijo hasta finales del 2008 en apoyo a la “economía familiar” . Esto es una desfachatez , yo creía que con Fox lo había visto todo -pero no- , lo de ésta mañana en Los Pinos lo supera , sencillamente es no tener madre.


En el listado hay productos que su costo unitario equivale a casi un día de salario mínimo . El menú sugerido lo hice por burla pero si se sumaran los precios de cada uno de los productos mencionados darían un total de más de 150 pesos . Tan sólo el año pasado el incremento de tres pesos promedio en el kilo de tortilla resultó un golpe durísimo para muchas familias , enlistar como productos de apoyo a la economía de los mexicanos una la lata de cochinita pibil o de chilorio que su precio oscila de 38 a 42 pesos es una bajeza .


Esta tomada de pelo ya la había anunciado el secretario de desarrollo social hace aproximadamente veinte días , en aquel entonces presumía a los medios de comunicación el haber logrado grandes acuerdos con productores e intermediarios para que los precios de los alimentos ya no se incrementaran ; consuelo de tontos en el que se refugia el secretario , ya que el problema de fondo es que el aumento volvió inasequibles algunos productos orillando a muchas personas a buscar sustitutos como en el caso del aceite comestible que al registrar incrementos en su valor de hasta un 70 % , hizo que las amas de casa recurrieran a las grasas de origen animal para la elaboración de los alimentos que se consumen a diario en sus hogares , entonces controlar los precios es una medida que a miles de familias no les sirve para nada.


Además a la gente en las zonas rurales en qué les beneficia que la crema de calabaza CAMPBELL’S , la Salsa para Espagueti combinada con Champiñones HUNT’S y la Salsa Picante Squeeze de Chipotle mantengan su costo .



Lo que es parte de la dieta de nuestra población por necesidad o por costumbre es el huevo , el arroz , los frijoles , las habas , el maíz , las hortalizas , las legumbres entre otros ¿ y de estos productos , quién va a responder? .

Para la pinche mentalidad de este gobierno me imagino lo que contestarían , ¡ya ven de lo que se pierden por no tener un paladar gourmet !


domingo, 8 de junio de 2008

México en la encrucijada

Apunte para: Newsver

J. Enrique Olivera Arce


Conforme pasan los días, México se acerca cada vez más a la encrucijada, sin estar aún preparado para optar por la cancelación del modelo neoliberal que en aras del libre mercado reduce al Estado y daña el tejido social, y cambiar, parafraseando a Vicente Fox, de camino y de caballo, retomando proteccionismo con identidad nacional y liberándose de lo pactado en el llamado “Consenso de Washington”, atendiendo a los requerimientos internos de una sociedad que no aguanta más.


La polarización en torno al tema petrolero y los visos de amenaza de una crisis alimentaria sin precedentes, son la punta del iceberg que asoma sobre la superficie; dejando entrever la dimensión de una posible fractura del pacto social que mantiene unida a la sociedad mexicana. Uno y otro fenómeno se retroalimentan en el contexto de una economía que no crece, y que tiende a la baja presionada por la recesión en la Unión Americana. En tanto la economía nacional hace agua, el sistema político se muestra incapaz de lograr consensos y acuerdos en torno a temas torales para el desarrollo del país, que van más allá de definiciones electorales de coyuntura y se inscriben en el terreno estructural.


A medida que avanza el tiempo -sin considerar a propósito por quien esto escribe, el tema del narcotráfico-, se percibe que la cercanía de la encrucijada es cada vez más evidente. La polarización no sólo se da en el tema petrolero, incide también de manera determinante en el asunto alimentario, justificándole. No es posible hablar de terceras vías en las actuales condiciones del país. O se está a favor de la soberanía e independencia nacional ó se está en contra; la necesaria y urgente determinación de optar por el mejor camino para México a ello obliga.


Se escuchan voces que señalan que la prioridad no es el petróleo, cuando el estómago aprieta, oponiendo el tema alimenticio al petrolero. Lo cual juzgo una apreciación equivocada ya que sin petróleo no hay posibilidades de resolver hoy la crisis alimentaria, en tanto que sin alimentos México entregaría el petróleo al extranjero simplemente por hambre. Ambos temas, insisto, se retroalimentan y su prioridad de atención es igual de importante ya que se inscriben dentro del fenómeno global del agotamiento de las recetas neoliberales y la necesidad de dar un nuevo rumbo, con visión de futuro, a la marcha del país.


Pensar en una tercera vía, cediendo un poco por aquí y otro poco por allá, lo mismo en el tema energético que en el alimentario, intentando conciliar proyectos diametralmente opuestos de Nación, a más de posponer el enfrentar la crisis económica y social que se vive, en aras de privilegiar la coyuntura política, no constituye fórmula alguna que racionalmente incida o modifique la crisis estructural a que hoy se enfrenta México. Ni contribuye al fortalecimiento de PEMEX ni saca al campo mexicano de su desmantelamiento y abandono. Antes al contrario, se socavaría la ya de sí cuestionada fortaleza de la paraestatal y se atentaría contra la soberanía e independencia alimentaria, siempre en nombre y a favor de reducir al Estado privilegiando al mercado y al sector privado de la economía que de este se beneficia; como ya se está observando en las medidas adoptadas por Calderón Hinojosa con las que subsidia a los estratos de mayor ingreso (léase trasnacionales), condenando a los sectores más desprotegidos a vivir de la limosna oficial en el mejor de los casos, profundizándose la crisis estructural de la que no puede soslayarse desigualdad, desempleo y retroceso de la economía con su correspondiente secuela.


El agua llegó a los aparejos. Las contradicciones entre las políticas estabilizadoras macroeconómicas del Banco de México, y los paliativos microeconómicos con los que el poder ejecutivo federal pretende paliar el impacto inflacionario con cargo a los excedentes petroleros, dan cuenta de la crisis y de la urgente necesidad de definiciones de fondo. La encrucijada está a la vista.


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miércoles, 14 de mayo de 2008

El Campo Mexicano. Esperanzas por votos

Apunte para Newsver

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce


La situación que vive actualmente el campo mexicano frente a la crisis mundial alimentaria, me recuerda una kilométrica reunión de trabajo del ex presidente Luís Echeverría, con la Unión de Ejidos Colectivos “Lázaro Cárdenas del Río”, del Plan Chontalpa en Tabasco.


Convocados los delegados de los 22 ejidos colectivos de los municipios de Cárdenas y Huimanguillo, para discutir problemática y rumbo a seguir en materia de producción de carne, leche, plátano, caña de azúcar, arroz, cacao, coco, y aprovechamiento forestal; así como de la operación de la central de maquinaria, aserradero, beneficios de arroz y cacao, tiendas ejidales y transporte de carga y de pasaje suburbano, responsabilidad de la Unión de Ejidos; infraestructura hidráulica, caminos de acceso, investigación y extensión agrícola, vivienda y centros educativos, a cargo de la Comisión del Grijalva; el ejercicio de las líneas de crédito refaccionario y de avío, a cargo del fideicomiso responsable del plan integral de desarrollo, y el funcionamiento de las clínicas del IMSS, en presencia de Echeverría uno a uno se fueron desahogando los temas agendados.


Destacando el hecho de que agricultores, técnicos, y funcionarios públicos, responsablemente se avocaran a tratar los temas en cuestión, sin que en ningún momento la reunión con el presidente de México tomara tinte político alguno.


Fue hasta el final de los trabajos y tras escuchar el mensaje presidencial, que Juan Córdoba Candelero, presidente del comisariado de la Unión, a nombre de las 22 asambleas generales de los ejidos colectivos, le expresó a Luís Echeverría lo siguiente: “Sr. Presidente, los cinco mil campesinos y sus familias, aquí representados, confiamos en el gobierno que usted dignamente preside; aceptamos de buen grado el programa de colectivización ejidal y nos hemos organizado para llevarlo adelante, bajo la condición de que en el Plan Chontalpa los campesinos deberemos decidir democráticamente en asamblea, que, donde y cuando sembrar, auxiliados, eso sí, por el personal técnico de la Comisión del Grijalva, el Fideicomiso, nuestros asesores de Reforma Agraria y Delegación de la campesina, pero no sometidos a estos. No aceptamos la demagogia como respuesta a nuestros problemas, y con toda honestidad le manifestamos que nos hemos trepado al tren de su gobierno, de la CNC y del PRI, porque este nos lleva a donde queremos llegar, pero una vez que este tome un camino que no nos convenga, en ese mismo momento nos bajamos y esperamos otro que nos acerque a nuestro destino…”.


Las palabras de Juan Córdoba Candelero calaron en el presidente Echeverría. Hasta el final de su mandato el tren transitó por la vía esperada por los ejidatarios del Plan Chontalpa. Bajo la conducción del Comisariado de la Unión de Ejidos, el ambicioso proyecto del trópico húmedo llegó a ser ejemplo de organización social de y para la producción en México y América Latina. Un buen número de técnicos e hijos de ejidatarios, se capacitaron en Yugoslavia, Israel y Cuba; la Universidad de Chapingo abrió el Centro de Posgraduados en terrenos del Plan. El modelo de colectivización ejidal, planeación integral de desarrollo micro regional, y de organización en Uniones de ejidos y Asociaciones rurales de interés colectivo, a partir de la experiencia tabasqueña, se hizo extensivo a buena parte del territorio Nacional.


El tren se detuvo con el arribo de José López Portillo a la presidencia, y definitivamente cambió de rumbo con Miguel De la Madrid y Carlos Salinas de Gortari. Abandonado a su suerte, cancelado el crédito y la asistencia técnica, infiltrado por políticos priístas y ahogado en demagogia electoral, el Plan Chontalpa dejó de ser lo que era.


Actualmente difícilmente los 22 ejidos colectivos, en vía de privatización y sometidos a la reproducción del sistema económico dominante, se pueden diferenciar de otros ejidos del país. La producción y productividad cedieron el paso al asistencialismo oficial de subsistencia y la política electoral substituyó a la organización social colectiva; se abandonó la infraestructura hidráulica, y cinco mil familias, a pie de vía, esperan en vano un nuevo ferrocarril que les conduzca a un mejor destino.


Si esto pasó con “el niño mimado del régimen”, que podemos esperar frente a la crisis alimentaria que amenaza a México, de la mayoría de los campesinos que en este país nunca tuvieran igual fortuna y que hoy sobreviven atenidos a una caridad oficial, que se vale de programas asistencialistas para intercambiar esperanzas por votos.


Y todavía, algunos políticos se adornan, hablando de apoyo al campo y blindaje alimentario, para latir con fuerza y “vivir mejor”.


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