miércoles, 5 de septiembre de 2007

La insepulta Liga Agraria

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

A escasas 40 horas de que el huracán Dean impactara la costa veracruzana y ya velándose en Tlacolulan el cuerpo del campesino que en vida llevara el nombre de Salvador Velasco Mendoza, solícita la dirigencia estatal de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos, ajena a los efectos del meteoro en el sector agropecuario, organizaba en la colonia 6 de enero un foro proselitista en apoyo a David Velasco Chedraui, candidato de la alianza fidelidad a la alcaldía de Xalapa.

Confirmando con hechos concretos el tenor de nuestra colaboración anterior en la que expresáramos nuestra percepción de una absoluta indiferencia frente a lo que al campo depara el TLCAN. “ocupados en el proceso electoral y preocupados por sus posibles resultados, políticos, servidores públicos de todos los niveles, ni sudan ni se acongojan frente a la traición y la suerte que con esta le depara al campesinado veracruzano, ubicándose en la misma tesitura todos aquellos que se dicen líderes agrarios; los mismos que en la arrebatinga de las parcelas de poder están recibiendo ni más ni menos que lo que se merecen: limosna política.”

Insensible frente al dolor de aquellos que en el pasado fueran sus hermanos de clase, ajena a las miles de hectáreas de cultivos siniestrados, de los que depende la maltrecha economía agraria veracruzana, e indiferentes ante lo que el propio gobernador calificara de un desastre de gran magnitud, el inexistente liderazgo que encabeza Bertha Hernández Rodríguez enseñaba una vez más el cobre. Cuidando más de alcanzar la ansiada limosna política que por cuidar, cuando menos las formas, frente a un evento de la naturaleza cuyos daños colaterales en el sector agropecuario habrán de sentirse con toda crudeza a lo largo de varios meses.

La Liga de Comunidades Agrarias, atendiendo a su historia, estaba más que obligada a actuar en consecuencia frente al embate de la naturaleza. Antes, durante y después del paso del meteoro por tierras veracruzanas, su presencia en las comunidades rurales debió haberse sentido. Como en todo momento debería haberse sentido frente a las amenazas confirmadas de las consecuencias del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). No ha sido así y el campesinado sabrá en su momento cobrarse el desaire.

Más no sólo es la Liga la que deberá cargar con este estigma. También el candidato de la Alianza Fidelidad, pagará en las urnas el costo de su carencia de sensibilidad social y desparpajo político; más que lucirse en mítines y foros, como aspirante a la alcaldía de Xalapa debió asumirse solidario con los sectores más pobres y desprotegidos del municipio. Palpando de primera mano las medidas previas de protección civil tomadas por las autoridades responsables, y los efectos del temporal en una ciudad infraestructuralmente rezagada, casi en franca indefensión frente a fenómenos meteorológicos, para así normar su criterio frente a obligaciones futuras, caso de ser elegido como alcalde. David Velasco Chedraui no actuó así y deberá enfrentar el costo de su ligereza.

Desprendiéndose como colofón de lo anterior lo que ya de antemano es sabido: cualquier manifestación --sea cual fuere su origen partidista-- de una falsa solidaridad expresada en medidas asistencialistas de auxilio a la población damnificada, frente a la magnitud del impacto en la economía campesina y de la población urbana más desprotegida, de un huracán que, parafraseando al señor Calderón Hinojosa, gracias a Dios apenas toco tierras veracruzanas con grado dos de intensidad, no podrá calificarse más allá de una oportunista manifestación demagógica con fines estrictamente electoreros.

pulsocritico@gmail.com

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