Pulso crítico
J. Enrique Olivera Arce
A 93 años de promulgada
Y no podemos decir que la traición fue obra del panismo, muy en boga en los tiempos que corren. El mayor grado de responsabilidad recae lo mismo en gobiernos presididos por priístas, como José López Portillo, Miguel de
¿Y yo por qué? Diría el actual inquilino de Los Pinos, parafraseando a su antecesor. La respuesta: a lo largo del primer año de su mandato, hizo caso omiso a los reclamos de una pronta revisión de los compromisos que a espaldas de los mexicanos, pactara Carlos Salinas con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá.
Hoy, una vez consolidada la traición, gobernadores, senadores, diputados y líderes agrarios oficialistas, se desgarran las vestiduras, ponen el grito en el cielo y sus huecas manifestaciones de inconformidad, encuentran eco en la mayoría de los medios de comunicación. La respuesta a las demandas campesinas, como siempre, es la de crear comisiones, establecer mesas de negociación, realizar sesudos estudios, y emitir exhortos para que el ejecutivo federal coadyuve a mitigar el problema creado. La respuesta lógica, congruente con la asimetría de un tratado que pone en franca indefensión a millones de mexicanos, no es tema a considerar en la agenda de quienes participaran clavando el puñal en el pecho del agro mexicano. La revisión del renglón agropecuario del TLCAN, es tan improcedente como contraproducente, dicen lo mismo para ocultar su crimen que para beneficiar a unos cuantos beneficiarios trasnacionalizados que sacan raja de lo pactado en el tratado.
Mañana, al celebrarse el 93 aniversario de