martes, 12 de agosto de 2008

Al desnudo “iniciativa energética del PRI

En tanto que Porfirio Muñoz Ledo le califica como intentona priísta de balcanizar a Pemex, para Manuel Bartlett la propuesta presentada por el senador Beltrones, coincide con la de Felipe Calderón en la apertura al capital privado.


J. Enrique Olivera Arce


Por si hubiera alguna duda sobre la improcedencia de la iniciativa sobre reforma energética mal llamada “tercera vía”, y su presunta inserción en la “Iniciativa Beltrones”, toca a Porfirio Muñoz Ledo, Coordinador Nacional del FAP, en un breve ensayo titulado “El FobaPRI”, desenmascarar el carácter privatizador de las empresas “espejo” contempladas en la propuesta del PRI de reformas a la industria petrolera.


Calificando a esta última como “un aborto tardío que no rebasa la trampa anunciada de las empresas espejo, que desnuda contubernios con sectores de gobierno y exhibe voracidad por las cuotas de poder y los negocios”, Muñoz Ledo encuentra en la propuesta priísta un remedo jurídico y semántico de la iniciativa calderonista, destacando la “intentona priísta de balcanizar” a PEMEX mediante la creación por decreto de “organismos descentralizados de carácter estratégico filiales de la paraestatal”.


Por su parte, el ex gobernador de Puebla y ex senador Manuel Bartlett, fijó su posición en relación a la propuesta priísta, declarando que “…la iniciativa de reforma energética que a nombre del PRI presentó el senador Manlio Fabio Beltrones coincide con la de Felipe Calderón en la apertura al capital privado mediante contratos de riesgo, y dijo confiar en que la propuesta alterna anunciada por un grupo de diputados priístas vaya en otro sentido.


El proyecto priísta parece ciertamente un espejo, señala Muñoz Leo, por la claridad de sus intenciones que “so pretexto de flexibilizar a la empresa, obedece al diseño de repartir territorios burocráticos, sindicales y mercantiles con la multiplicación de consejos de administración, contratos colectivos y concesiones a particulares”. Maniobra semejante, afirma, a la de 1995 con las petroquímicas, que se multiplicaron para que luego 42 fueran disueltas o “desincorporadas”.


“El mismo felino, desgraciadamente del mismo domador”, concluye el autor, tras destacar que la iniciativa del PRI pavimenta la ruta de la Asociación para la Seguridad y la Prosperidad para América del Norte (ASPAN), mediante una metodología mañosa, que refuerza la intermediación de la clase política con capitales privados e intereses extranjeros. El proyecto, destaca Porfirio, no está diseñado para respaldar las intenciones cortoplacistas del gobierno calderonista, sino con una visión de largo plazo tendiente a favorecer los intereses presentes y futuros del PRI.


A continuación y reforzando su análisis, Muñoz Ledo recurre a la memoria histórica, remitiendo al lector al trágico episodio del FOBAPROA de 1998. Cuando la mayoría del Congreso, con el respaldo de la opinión pública —y de una consulta popular— rechazaba la conversión de los pasivos bancarios en deuda pública, súbitamente el PAN llegó a un acuerdo con el gobierno de Ernesto Zedillo. La deuda pasó a los contribuyentes y se creó el IPAB, con las consecuencias de todos conocidas; favoreciendo a los empresarios aliados de la clase política para que a la postre los banqueros internacionales se quedaran con el control de todo.


La iniciativa del PRI, bajo la óptica de Porfirio, “implica la total amnistía para los abusos y despojos cometidos, un marco institucional para la complicidad política, el reparto de los negocios, la transnacionalización de los beneficiarios mexicanos y la sumisión del interés nacional a la derecha estadounidense”, señalando que el FAP debería presentar un conjunto de políticas que terminen con la depredación y la castiguen, una iniciativa presupuestal, una reforma hacendaria y un Plan Nacional de Energía en el que encarne nuestro proyecto alternativo de nación. Evitando la consagración de “un coágulo oligárquico encapsulado en un bipartidismo aparente.


Así, el ensayo de Porfirio Muñoz Ledo, parece ser una enérgica advertencia para Acosta Naranjo, presidente nacional en funciones del PRD, para que evite irse por la libre negociando con el PRIAN lo que en principio rechaza el Movimiento Nacional en defensa del petróleo. En tanto que Manuel Bartlett alerta a su propio partido frente a la iniciativa que presentó el PRI, destacando que esta “tiene una profunda identidad” con la de Felipe Calderón. "Es la misma visión que desnaturaliza los objetivos de la paraestatal e incluso la apertura al capital extranjero es mucho más clara en el proyecto de Beltrones".


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