jueves, 14 de agosto de 2008

¿Quién mató a Fernando Martí?

Por Samuel R. García


Todos los días mueren mexicanos por distintas causas. Los medios de comunicación no hablan de la gran cantidad de familias que diariamente pierden uno o más hijos por la falta de alimentación o la carencia de una debida atención médica. Muchas veces padecemos enfermedades de fácil tratamiento, pero ante la ineficiencia de la seguridad social en el país “del vaso pequeño se crea una tormenta. Ni que decir de nuestros adultos y ancianos, ellos también se ven afectados por no comer bien, al recibir un trato indebido de los médicos; muchas veces por la falta de confianza en hospitales públicos buscamos donde recibir una buena atención médica, resulta que sale carísimo -hablando de clínicas u hospitales privados-, por lo que terminamos sin tener a quien recurrir y nos autorecetamos.


Millones de mexicanos en el país vivimos marginados, olvidados, somos usados únicamente para cumplir el propósito central del capitalismo actualmente en su fase neoliberal: la reproducción e incremento del capital mismo a costa de lo que sea. Ya en Revoluciones he detallado en trabajos escritos anteriores cómo parte de las políticas neoliberales llevan al debilitamiento del Estado, esto deriva en seguridad social de baja calidad (sino es que nula en algunas regiones del país), educación pública de pésimo nivel y no hay seguridad en las calles porque la administración pública (también afectada por la mala distribución de la riqueza), los que son representantes de la justicia, terminan en las filas de la delincuencia y el marcado individualismo hace que olvidemos que somos una especie, una sociedad con gente de todo tipo, pero al fin y al cabo todos somos seres humanos, hombres y mujeres con la necesidad primordial de convivir en santa paz unos con otros.


Secuestros los hay en todo el país, diariamente y en gran cantidad, crímenes que incluso reflejan la división en las familias, la desintegración de la base de la sociedad; se han dado casos en donde lamentablemente padres asesinan o ponen en riesgo la vida de sus hijos, o hijos que exponen la vida de sus padres. Hemos llegado a tal grado que el espíritu humano parece estar ausente en nuestra nación. Importa más estar sumergido en la lógica del neoliberalismo, conscientes o no de ello, para “vivir al día buscando sobrevivir a este mundo globalizado”. No importa a quien tengas que hacer a un lado, a quien matar, a quien borrar de tu camino: “tú puedes alcanzar el éxito, sí lo quieres lo puedes tener, pero debes pagar el precio para alcanzarlo… y desde luego, el que no tranza, no avanza”. Ese y otro tipo de chatarra infiltrada en la mente de las masas ha hecho que la delincuencia en el país aumente, pero a mi modo de ver, el crimen más grave y que deriva en altos índices de delincuencia, de corrupción y de suicidios, una de las causas centrales de ello es el crimen de no actuar y no pensar como seres racionales.


Es allí donde comienza el éxito del neoliberalismo y de cualquier régimen que perjudique el espíritu humano, cuando nosotros mismos olvidamos quienes somos y nos comportamos tal y como lo dicta un sistema, ya no tenemos capacidad de obrar por nuestro bien, nos desmarcamos del prójimo y la capacidad de organización es nula ante el poder del dinero, de la misma política y de la violencia. Algunos han comprado esa idea barata de que tener poder es tener seguridad, que teniendo dinero tienes la vida resuelta. Habría que preguntarle al señor Martí que tan cierto es eso, pero creo que si vemos la realidad es todo lo opuesto: entre más dinero tengas y más desigualdad exista en la sociedad, más vas a tener que cuidarte, tendrás que hacerlo hasta de quien menos crees te pudiera hacer daño. El secuestro y posterior asesinato del niño Fernando Martí es un ejemplo sencillo de cómo el mismo sistema no puede proteger a sus propias piezas en el tablero neoliberal. Se sabe que el señor Martí informó a la policía a tiempo del secuestro, pero desconfió y terminó apoyado en un investigador privado, también es sabido que el mismo presidente espurio de México Felipe Calderón conocía del asunto, pero nadie hizo nada, nadie hizo lo correcto porque, insisto, lo que impera es el objetivo central del capitalismo, las vidas de uno o más sujetos, sean de la condición social que sea, salen sobrando.


Se dice que fueron policías mismos los que orquestaron el secuestro, obtuvieron varios millones de pesos de la familia Martí y los culpables están libres, aunque ya algunos sospechosos están detenidos, pero francamente jamás vamos a saber quien fue el que mató a Fernando y ni idea en donde terminó el dinero que cobraron del fallido rescate. Señalar que fue una banda de criminales la que asesinó al niño Martí sería poco objetivo, de manera directa sí fueron los delincuentes los ejecutores de tal acto, pero en el fondo quien ha impulsado a que éste y otro tipo de tragedias acontezcan en nuestro país es el actual régimen neoliberal. Por lo cual la respuesta a la interrogante que da título a este texto ha sido contestada, el dinero que la familia Martí perdió por el rescate del hoy occiso, seguramente, gracias a la misma lógica del sistema, en poco tiempo lo podrán recuperar, pero lo que en definitiva jamás van a recuperar es la vida de Fernando Martí y la seguridad de volver a salir con confianza y tranquilidad a las calles de nuestro país… y eso que estamos hablando de una familia que tiene dinero y por ende tiene también poder: ¿de algo les sirvió?, ¿de algo les sirve?


No olvidemos que nadie tiene la vida comprada, hoy estamos, mañana quien sabe… mientras se pueda hagamos lo posible por terminar con las políticas neoliberales en el país y empezar así, poco a poco, a reconstruir nuestra bella nación. No esperemos a que sigan secuestrando y matando a más niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos, cerremos filas por el bien de todos para rescatar a México lo más pronto posible.

uzkediam@gmail.com




Tomado de Revoluciones

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