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martes, 18 de agosto de 2009

Veracruz. Jugar a la pandemia

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

La gripe porcina a la que para evitar complicaciones a las poderosas empresas productoras y comercializadoras de cárnicos se le rebautizara como H1N1, ya tiene su propio videojuego («The Great Flu»), destaca la prensa mundial. Diseñado por un grupo de reputados virólogos que con la idea de aprovechar con fines educativos el apego de millones de niños, jóvenes y no tan jóvenes que en todo el mundo dedican gran parte de su tiempo a los videojuegos, conjuga un conjunto de estrategias que simulan las mismas herramientas con las que cuentan los gobiernos y las autoridades sanitarias: vacunas, antivirales, medidas de aislamiento, etc., para enfrentar la cada vez más extendida pandemia.


Coincidentemente, en Veracruz, pero con fines político futuristas y propósitos tendientes a fortalecer las estrategias de promoción turística, en una tan inhóspita como abandonada y pobre región localizada en las faldas del Cofre de Perote, también contamos con un efectivo juego mediático que, a diferencia del videojuego citado, no educa pero que para miles de lectores a los que no convence del todo el que en la entidad a la medicina veracruzana le baste un simple tratamiento de paracetamol para erradicar lo que para el resto del mundo requiere de costosas y sofisticadas vacunas, también constituye entretenimiento y tema para intrascendentes tertulias familiares.


Como el videojuego concebido por Albert Osterhaus -primer científico en descubrir que había una nueva cepa de gripe aviar que podía transmitirse entre los humanos-, que busca a través de las nuevas tecnologías del entretenimiento el mostrar lo difícil y costoso que resulta para los gobiernos el tomar decisiones de salud pública a gran escala, el nuestro tampoco presenta monstruos ni ejércitos a derrotar, reduciéndose a una simpleza sin precedentes: una estatua en bronce de 1.30 metros de altura, representando a un niño con no un cerdo sino una rana, en la mano, acompañada de un discurso enternecedor en el que Fidel Herrera Beltrán afirma que "virus que no mata, engorda".


Trivializándose el riesgo mortal que para una población indefensa, sin distingos de clase o posición social representa la presencia de la pandemia en tierras veracruzanas, la incapacidad manifiesta de servicios públicos de salud para controlarla, y la irresponsabilidad oficial en que se incurre al homenajear a una criatura que tuviera en el poblado de La Gloria la suerte de no morir a consecuencia del mal hoy extendido a todo el orbe; padecimiento, paradójicamente, negado por cierto, en tanto se niega categóricamente que fuera el primer ser humano en contraer el ahora denominado H1N1.


Así se juega con la pandemia en nuestra vernácula isla de la fantasía. No se requiere ni de sofisticados instrumentos electrónicos ni de conexión a internet. Si Albert Osterhaus pretende convertir a empedernidos jugadores en auténticos estrategas en el combate a la nueva amenaza biológica, en Veracruz la lucha contra el H1N1 lo conveniente es desarmar a la población, incitarla al abandono de la prevención y a confiar ciegamente tanto en la bondad del paracetamol como en los servicios públicos de salud en los que sufridos médicos y enfermeras, mal pagados y peor equipados, están destinados a hacer milagros para evitar se erija otra estatua, esta dirigida al primer fallecido tras ser inoculado del virus de la gripe porcina.

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miércoles, 27 de mayo de 2009

Humor negro

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

El humor negro tiene demasiadas fronteras: La tontería, la ironía escéptica, la broma sin gravedad...

André Bretón


En Veracruz la visión kafkiana de una ínsula sin mayor contacto con el mundo, guarda semejanza con la estrechez de miras del México concebido en la mente de un Antonio López de Santa Ana. Cuando menos, así se podría interpretar el surrealismo en que suele incurrir el Maestro Fidel Herrera Beltrán, cuando desbocado hace de la verborrea su propio epitafio político.


Seguramente nadie duda de las buenas intenciones del gobernador de Veracruz. Algunas encuestas incluso le califican con más de un 90 por ciento de aceptación entre sus gobernados. Y no faltará quien justifique su confrontación con el gobierno federal, en tanto ello sea en defensa de los intereses de los veracruzanos. Sin embargo, tampoco faltará quien coincida con aquello de que el auto elogio es vituperio. Los excesos verbales con los que de manera reiterada, hace centro de atención su imagen e incansable ir y venir, pretendiendo colocarse muy por encima de cualquier otro personaje de la fauna política nacional, le hacen incurrir en un auto canibalismo que habrá de lamentar.


No conforme con haber utilizado al niño Edgar Hernández Hernández para anunciar triunfalmente al mundo que en Veracruz no pasa nada, y hacer del poblado La Gloria ejemplo de eficiencia y eficacia de su gobierno en materia de salud pública y desarrollo humano, su afán propagandístico le lleva a declarar a esa misérrima localidad “destino turístico internacional”, como si el exhibir desigualdad, miseria y abandono fuera motivo de orgullo.


Cientos de comunidades veracruzanas, con cotidianos decesos certificados por enfermedad fruto de la miseria, por contraste se ocultan a la opinión pública destacando, eso sí, ante el mundo una inversión de apenas 5 millones de devaluados pesos, para acondicionar a La Gloria como destino receptor de ávidos turistas deseosos de satisfacer su morbo. Como inversión resulta más barato que montar un zoológico.


Pero si fuera poco tal despliegue de surrealismo, Fidel Herrera Beltrán se corona con una expresión de humor negro: Mientras en el concierto internacional la inminente pandemia por la influenza porcina, hoy “influenza humana”, sigue cobrando víctimas, registrándose ya en México 89 decesos, el gobernante anuncia a bombo y platillo que en los próximos días erigirá un monumento al niño Edgar Hernández, por haber sido el primer sobreviviente de la infección del virus A/H1N1, atendido y curado por su gobierno con ampicilina y paracetamol.


La atención a las demandas de los trabajadores del sector salud bien puede esperar.

No cabe duda, André Bretón y Kafka, se quedan chicos.

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martes, 12 de mayo de 2009

Fidel Herrera Beltrán, soberbia y triunfalismo recurrente


Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce


Algunos medios locales de comunicación destacaron en los últimos días inquietantes declaraciones del maestro Fidel Herrera Beltrán, gobernador de Veracruz. Les destaco como inquietantes en tanto que se insiste en un triunfalismo que pudiera ser procedente en términos político-electorales, pero totalmente fuera de lugar frente a las amenazas que hacen peligrar la estabilidad social y económica de México.


En primer lugar, se atribuye a Herrera Beltrán el haber declarado que: “su gobierno retoma el camino del desarrollo, la productividad, la generación de inversiones y de los empleos, dando por terminado el tema de la influenza”.


En segundo término, se le atribuye al gobernante el haber declarado: “La recesión que afecta al país, encuentra fuertes y sanas las finanzas de Veracruz para prevenir impactos negativos”, agregando que: “tal y como lo ha hecho ante contingencias climatológicas, de seguridad y de salud, su gobierno se ha prevenido para protegerse de complicaciones financieras”.


Y en tercer término, apenas el sábado último declaró que “no se blindarán sanitariamente las zonas limítrofes con San Luís Potosí, Chiapas, Tabasco o Hidalgo” (Estados donde se dispararon casos del virus de la influenza humana), primero: porque sabemos que el mal tiene cura y tenemos que detectarlo y, segundo por que la vida normal tiene que mantenerse”.


Por si fuera poco, pone como ejemplo al poblado La Gloria, del Municipio de Perote, transformado artificialmente al vapor en lo que no es.


De ser verídicas tales manifestaciones de triunfalismo del gobernador publicadas por los medios, ello indica que no se quiere aprender la lección o bien, se antepone el enfermizo afán electorero que priva en la clase política a aquellas amenazas reales que oscurecen el aparentemente tranquilo panorama de la entidad.


Para quien escucháramos las opiniones del Dr. Ramón De la Fuente, ex rector de la UNAM, en su entrevista con Carmen Aristegui y difundida por CNN, queda claro que ni se puede minimizar la relevancia internacional de la epidemia de influenza humana, ni mucho menos bajar la guardia, haciendo caso omiso de la situación de alerta establecida por la Organización Mundial de la Salud ante la presencia de un virus que sigue cobrando víctimas.


Tampoco escapa al sentido común que ante los niveles de pobreza, insalubridad e ignorancia, así como la deficiente infraestructura de los servicios públicos de salud que prevalece en todo el país, el “tema” de la epidemia no puede dejarse de considerar como de alta prioridad. Si bien tampoco es razonable paralizar la economía, crear pánico en la población ó incurrir en actitudes tremendistas, las políticas públicas de previsión, atención y seguimiento ex post, deben mantenerse, asignándoles la jerarquía que corresponde frente a lo que ya se considera inminente pandemia. Veracruz mantiene una alta vulnerabilidad epidemiológica en diversas regiones y comunidades y ello no puede echarse en saco roto.


Por cuanto al “tema” de la recesión, este va de la mano de la salud, educación y niveles existentes de desigualdad y pobreza. En ello inciden las finanzas públicas, presuntamente sólidas y blindadas en la entidad, pero subordinadas estas, en primer término, a la producción y consumo de bienes y servicios que de manera determinante están afectados por la crisis recesiva de la economía mundial. También el sentido común indica que a menor producción y consumo, menor captación fiscal, afectando a las finanzas públicas. No pueden blindarse estas últimas en tanto que la actividad económica no tenga la fortaleza y capacidad eficaz de autogestión que hoy por hoy parece brillar por su ausencia en todo el orbe; cuanti más en México y, específicamente, en nuestra doméstica isla de la fantasía gobernada a periodicazos y subordinada a una preocupante realidad nacional que no se quiere ver.


De ahí que, insistimos, de ser verídico y no mal refrito de boletín oficial lo que los medios atribuyen al gobernador, a mi juicio refleja un alto grado de irresponsabilidad. No se puede tapar el sol con un dedo con el objetivo implícito de llevar agua al molino de los candidatos a diputados federales postulados por el PRI, o a propósitos futuristas del hoy gobernador de Veracruz.


Soberbia infundada o triunfalismo recurrente con fines electorales, no arman al pueblo para lo que viene. La política del “más seguro lo comido, ya mañana dios dirá”, aplicada al manejo del “tema” de la epidemia de influenza o al del estado que guardan las finanzas públicas, no es válida para una población inerme, como la veracruzana, que para sobrevivir a las crisis recurrentes está obligada en todo tiempo a mantenerse de pie y no bajar la guardia. Antes que el interés mezquino de la clase política y los poderes fácticos, está el interés legítimo y solidario de todos.


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El Organizador de Derrotas

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce



A más de dos años, los esfuerzos de Calderón Hinojosa por legitimarse van de la mano de fracasos recurrentes. Lo mismo en el ámbito doméstico que en el escenario internacional la sombra de la ilegitimidad democrática oscurece su gestión al frente del Estado mexicano.



Hasta el día de hoy la guerra que declarara a la delincuencia organizada, sin necesidad de mayor análisis, se da como fallida. Lo mismo podría decirse del errático e ineficiente manejo de la crisis económico financiera que, como anunciara el Sr. Cartens tiene ya sumido al país en situación de recesión; de la reforma educativa hasta ahora empantanada, del combate a la pobreza cuyo renglón más emblemático del calderonismo, el del empleo, lejos de repuntar se mantiene a la baja. Y ni que decir del rezago social, cultural y científico. En la política interna, la partidocracia le impone la agenda en un riesgoso sendero de vacío de poder e ingobernabilidad, en tanto que, en la externa, carece de capacidad, visión, autoridad moral y política para rescatar el prestigio perdido de la diplomacia mexicana.



En este contexto de vanos esfuerzos y peores resultados, habría que ubicar al fallido manejo mediático de la amenaza epidemiológica en curso.



Tras el mediocre papel desempeñado durante la visita de Barack Obama, Calderón asiste a la llamada “Cumbre de las Américas jugando el triste papel de patiño de los intereses norteamericanos, abrogándose un liderazgo y representatividad latinoamericana que ni por asomo, frente a los mandatarios del Cono Sur, se vio o se escucho, salvo para proponer una iniciativa energética contraria a la postura asumida en la Cumbre del G-20 y al amplio consenso de América Latina en torno al fallecido neoliberalismo, que no fue tomada en cuenta.



Frustrado, Calderón Hinojosa se propuso mostrar ante el mundo una legitimidad y una autoridad que no tiene, capitalizando en provecho propio la amenaza epidémica de influenza porcina, magnificándola mediáticamente, asumiendo un falso liderazgo, y jugando un papel protagónico de caricatura, que le ha llevado a afirmar, envuelto en el lábaro patrio, que México está salvando a la humanidad del desastre. Los resultados están a la vista.



En el concierto internacional a los mexicanos se nos trata como apestados, nuestras exportaciones se ven con recelo y al jefe de Estado de México se le califica como un patán. En tanto que, en el orden doméstico, pasamos del miedo a la indiferencia, bajando la guardia frente al riesgo de una inminente pandemia. La crisis nacional de credibilidad y gobernabilidad se incrementó, condenándose más que aplaudirse lo que para la opinión pública se juzga como cortina de humo y un gran engaño. En este escenario, el costo que en lo económico y social tendrá que pagar el país por la pifia calderonista es muy alto. Sumándose a los efectos negativos que ya se venían arrastrando como consecuencia del impacto de la crisis sistémica global. En lo político, las urnas el próximo 5 de julio se encargarán de ratificar la ilegitimidad del “haiga sido como haiga sido”, juzgándose a Calderón, parafraseando a Trotsky, como el gran organizador de derrotas.



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viernes, 8 de mayo de 2009

Luís Javier Garrido: El tapabocas

La decisión del gobierno de facto de Felipe Calderón de imponer a México el jueves 23 de abril una alerta sanitaria exagerada frente a la aparición del que en su origen se llamó virus de influenza porcina, no ayudó mayormente a proteger la salud de los mexicanos, y luego de dos semanas la demagogia oficial ha entrañado graves consecuencias para el país, por lo que ante la inconformidad de diversos sectores el gobierno ha tenido que dar marcha atrás en su iniciativa.


1. El retorno a la normalidad de la vida colectiva fue decretado el lunes 4, echándose atrás luego de varios días de cuestionamiento sobre las cifras de las víctimas (el jueves 27 eran 149 muertos y ayer sólo 29), el carácter del virus, que se decía incurable y más tarde se reconoció que se cura, la inutilidad de las medidas de control social, y los estragos que las acciones del gobierno generaron a la vida económica.


2. Los hechos son más claros a las dos semanas de haber decretado el gobierno de facto su alerta y ahora se conoce que manipuló las cifras y trató de engañar. Nada ejemplifica mejor lo acontecido que el patético espectáculo que dio Calderón el miércoles 6 injuriando a los gobiernos de varios países porque tomaron en serio las informaciones demagógicas que virtió sobre el que se rebautizó como virus A/H1N1 o de la influenza humana y que en otros países llaman ya el mexican flu.


3. Luego de la alerta emitida, antes que brindar a la población el apoyo de la infraestructura médica del Estado, que se halla en extremo disminuida al seguir los panistas desmantelando al IMSS y al ISSSTE, el gobierno de facto lanzó una campaña para atemorizar a los mexicanos exigiéndoles con lógica neoliberal que se cuidaran ellos mismos, usando un tapabocas que nada más servía para generar una imagen visual, con una campaña de terror pocas veces vista, al grado de que un buen número de especialistas se empezaron a interrogar si lo que estaban buscando Calderón y sus amigos con el pretexto del virus no era un objetivo político.


4. El señalamiento más grave hecho a Felipe Calderón en estos días no es, por consiguiente, el de la ausencia de una política sanitaria y de salud en su gobierno, el de la inexistencia de un sistema de prevención en materia de salud o el del abandono a que está llevando a la investigación científica, y ni siquiera el de su ineptitud ante la situación que él generó, sino el derivado del origen de su propia iniciativa: de lo desproporcionado de las medidas impuestas frente a la naturaleza de un mal que nunca fue una epidemia, ni mucho menos una pandemia, como pretendieron él y sus colaboradores, enredados en la manipulación de las cifras y en el ocultamiento de la información, lo que evidenció muy pronto para muchos que se trataba de un plan premeditado con finalidades políticas ante la coyuntura electoral, aflorando así una posible responsabilidad política y jurídica de Calderón y de varios de sus colaboradores.


5. La supuesta influenza porcina no desnudó al país, sino al régimen y sus manipulaciones. El diagnóstico equivocado del gobierno espurio ante el problema y las erróneas políticas que impuso habrían sido consecuencia, según sus defensores, de la información equivocada entregada por las instancias de salud, y no de la mala fe, como se empeñaron en decir los comentaristas de Televisa en Tercer Grado el miércoles 6, pero las evidencias van en otra dirección: la campaña desmesurada de amedrentamiento, según se ha señalado, fue urdida por el enviado del Partido Popular español, Antonio Solá, gurú de Calderón, y su objetivo habría sido doble: a) fabricarle una imagen de autoridad al gobierno panista para justificar con base en encuestas el fraude electoral en julio, y b) llevar a cabo un ensayo de control de la población en términos totalitarios.


6. El decreto de Calderón para darse un marco seudojurídico a fin de enfrentar la situación, publicado en el Diario Oficial el 25 de abril (pp. 2-4), da pistas de lo que buscaba el gobierno espurio en estos días, pues no sólo no hubiera servido para combatir una epidemia de haber ésta existido, sino que es anticonstitucional y no hizo más que mostrar el talante fascistoide de los panistas. Fundándose en el hecho de que la Constitución prevé que la autoridad sanitaria será ejecutiva para dictar medidas preventivas, ante lo que llamó en esa fecha un nuevo tipo de virus, que se habría propagado en la ciudad de México y sus alrededores causando al menos 20 muertos, y que afirmaba no es el habitual de la influenza estacional, sino mutante de un virus que tiene origen porcino, Calderón se otorgó la facultad de violar domicilios, de cancelar el derecho de reunión y de suspender de hecho otras garantías individuales, sin obedecer al principio del 29 constitucional de que esto no puede hacerse, sino mediante una ley votada por el Congreso.


7. El gobierno espurio pretendió enfrentar la situación mostrándose como un poder eficiente, pero Calderón y sus amigos se equivocaron desde un principio, cometiendo todo tipo de torpezas que los exhibieron como un grupúsculo reaccionario e improvisado que buscaba manipular los datos con propósitos políticos, tratando de aparecer como los salvadores del pueblo sin darse cuenta de que estaban atropellando derechos y ocultando la información. El carácter absurdo de las medidas tomadas, que contrastaba con la respuesta de los demás países con casos similares, no hizo sino evidenciarlos más.


8. La medida de suprimir las actividades públicas, desde espectáculos hasta restaurantes, aunada a la exigencia a todos de desconfiar de los demás como supuestos portadores de un virus mortífero y de encerrarse, obligó a los mexicanos a enclaustrarse cautivos del duopolio televisivo que se erigió, en fin, una vez más, como el verdadero poder, portador de la verdad.


9. El daño hecho a México por Felipe Calderón, cualquiera que haya sido la maquinación tras la decisión, es gravísimo y no se podrá reparar distribuyendo 27 mil millones de pesos del erario como estímulos a los empresarios o como embute electoral a los trabajadores. La crisis económica que se ha agravado, el desastre en la porcicultura (que ha perdido 2 mil millones) y en la industria turística, el destino de los mexicanos en el exterior, la credibilidad de México en el mundo y el empobrecimiento de las mayorías son el resultado de toda esta serie de acciones perversas del gobierno que no puede quedar impune.


10. En una democracia se haría una investigación rápida y eficaz sobre las responsabilidades oficiales en tan turbio asunto, pero aquí existe el riesgo de que el episodio no quede más que como un precedente de que la extrema derecha hecha gobierno puede manipular impunemente al pueblo.


Tomado de: La Jornada 08/04/09

jueves, 7 de mayo de 2009

Influenza. López Obrador pide levantar veda electoral

El Universal 07/05/09 ; Soberanía Popular 07/05/09



Afirma que el Consejo General del IFE actuará de manera parcial y por consigna si procede a sancionar al PRD por haber él encabezado un mitin para apoyar candidatos del Frente Amplio Progresista.


Ciudad de México Jueves 07 de mayo de 2009 20:43.- Andrés Manuel López Obrador, ex jefe de gobierno del Distrito Federal, pidió levantar la veda electoral para que las campañas se desarrollen con normalidad en el país.


Indicó que el Consejo General del IFE actuará de manera parcial y por consigna si procede a sancionar al PRD por haber él haber encabezado un mitin para apoyar candidatos del Frente Amplio Progresista (FAP).


En un comunicado, López Obrador exhortó a los consejeros del IFE a normalizar las campañas para que los candidatos difundan de cara al pueblo y en las plazas sus propuestas. "Es tiempo de que se vuelva a la normalidad en todos los sentidos", sobre todo ahora que los ciudadanos necesitan recuperar la confianza, tras el miedo que generó el impacto de un brote epidémico de influenza en México.


Calderón, el peor virus que afecta al país, no la influenza: AMLO


En otro orden de ideas, en Villa Vicente Guerrero, Tab. Andrés Manuel López Obrador hizo aquí un llamado nacional para que Felipe Calderón saque la pata en lo que respecta al manejo de la crisis sanitaria; advirtió que el peor virus que afecta al país no es el de la influenza porcina, sino el virus Calderón y el de la oligarquía que lo ayudó a robarse la Presidencia.


Al empezar en la zona chontal una gira para apoyar en esta entidad a los candidatos del PRD a la Cámara de Diputados, el tabasqueño condenó el brutal manejo que el gobierno usurpador ha hecho de la crisis sanitaria, pues solo está metiendo miedo a la gente, en lugar de planear y definir estrategias eficientes para enfrentar la epidemia.


martes, 5 de mayo de 2009

Un sistema de salud cómplice del virus

En toda crisis y desastre que hemos vivido, los sectores más pobres son los que han pagado los costos. En este episodio la principal catástrofe ha sido la improvisación y la manipulación, que bajo el tema de la salud permitió que asomara la dictadura perfecta, la gran fantasía de esta clase política mediocre, la cual por unos días fue obedecida.

Marco Rascón

José Blanco

He copiado casi textualmente el título de un excelente reportaje de Pablo Ordaz, publicado el pasado domingo en El País: resume en siete palabras el impacto magnificado de la epidemia en México en comparación con cualquier otro país donde también hay brotes de la influenza A H1N1.


Entre las muchas acertadas aseveraciones del reportaje, puede leerse: “México está ofreciendo estos días al mundo la imagen de un gigante al que se le quedaron cortos los pantalones…; el brote de la gripe está poniendo al descubierto que el sistema de salud no está a la altura de las circunstancias”. Frases que son un espejo en el que volver a mirarnos: ya todos lo sabíamos.


Somos la novena, o décima, o undécima, o duodécima economía del mundo –según el funcionario que esté al micrófono–, es decir, somos una economía grande, aunque los que están arriba se hallan muy arriba, pero en lo absolutamente básico, la salud y la educación, mantenemos un tercermundismo inaudito, extremo. El desarrollo socioeconómico de México es impensable con nuestras carencias.


El sábado pasado el secretario Córdova Villalobos dijo: los tres sistemas de vigilancia epidemiológica con que cuenta la Secretaría de Salud no funcionaron cabalmente en la actual contingencia. El propio funcionario habló de las condiciones y fallas en los gobiernos de algunas entidades federativas; su actuación ha sido deshonesta y antiprofesional, afirmó.


Thelma Gómez corrobora lo sabido: México no posee la infraestructura para desarrollar y producir la vacuna contra el virus de la influenza. Sucede que hace 30 años el gobierno federal desmanteló dos institutos especializados y dejó de invertir en la creación de productos biológicos, mientras que apenas hace un año adquirió una planta para producir la vacuna contra influenza estacional.


Lo anterior, a pesar de que desde 1999 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado con insistencia a las naciones en prepararse para una epidemia: una de sus recomendaciones fue crear laboratorios para desarrollar tratamientos de inmunización, con el objetivo vital de garantizar la disponibilidad de vacunas (El Universal, 30/4/09).


¿Por qué en México la incidencia del nuevo virus es tan alta; por qué aquí han muerto ya más de dos decenas por una enfermedad que se cura en tres días con un medicamento antiviral, en tanto en ningún otro país ha habido decesos?


Las respuestas parecen variadas, pero no son muchas: la mayoría de los muertos son pobres y los pobres no asisten al médico cuando padecen una gripe (finalmente la mayor relación entre contagio y pobreza, que había permanecido oculta, ya fue informada); hay negligencia de médicos, especialmente en algunos estados; no corroboran (o no lo hicieron oportunamente) si un enfermo llegó simplemente con una gripe; no existen los virólogos, u otros especialistas, ni los medios y laboratorios necesarios, subrayadamente en los estados; las autoridades sanitarias de todos los niveles actuaron tarde; no hay en el país los medios suficientes para comprobar si fallecidos y enfermos en su momento fueron presa de la nueva cepa: es la hora que aún no tenemos la información de todos los enfermos y de todos los fallecidos. Las adquisiciones de los equipos más modernos todavía no muestran su eficiencia.



La información ha sido un galimatías. Córdova Villalobos quizá sea un médico competente, acaso pueda ser un funcionario razonablemente eficiente, no lo sé, pero es probablemente el peor comunicador del gobierno, y es precisamente quien nos informa.


Un epidemiólogo, o virólogo, profesionalmente calificado, mejor dotado en el manejo del castellano, y capaz de sistematizar las cifras de modo que todos los mexicanos entendamos qué subconjuntos lo son de qué conjuntos y qué es cada cosa, ordenadamente, sería necesario. El secretario podría intervenir para validar lo dicho y subrayar algún hecho por su particular importancia.


La OMS publicó hace unos días el Plan Mundial de Preparativos para una Pandemia de Influenza, que actualiza, modifica y amplía sustancialmente el documento Influenza pandemic plan. The role of WHO (OMS) and guidelines for national and regional plannig de 1999.


Este nuevo plan redefine las fases de riesgo creciente que plantea para la salud pública la aparición de un subtipo nuevo del virus de la influenza, que representa ya una amenaza pandémica, recomienda medidas a las autoridades nacionales y describe las medidas que debe adoptar ese organismo mundial durante cada fase.



Revise usted el nuevo plan de la OMS frente a la inminencia de la pandemia de influenza y hallará la vasta cantidad de objetivos y medidas que debe tomar la propia organización y el aún mayor número que corresponde a los estados nacionales, en todas las fases, pero especialmente en las interpandémicas. Es mucho lo que nos falta, sólo frente al problema de las epidemias y pandemias de influenza. Los mejores datos de las horas recientes no sacan al mundo de la inminencia de la pandemia.


Los temas aludidos en esta nota son sólo una parte menor de la situación que vivimos. Tercermundismo sofocante sostenido consistentemente al menos por los pasados cinco gobiernos.


Sin alta educación, ciencia, tecnología, innovación, hoy más que nunca no iremos a ninguna parte. Es claro que requerimos un nuevo pacto social para redefinir el rumbo del país. Lo piden a gritos la crisis económica, la pobreza y la desigualdad, la educación y la salud.

La Jornada 05/05/09

lunes, 4 de mayo de 2009

Influenza. En Veracruz no pasa nada

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce


Una vez determinado por el gobierno de la entidad que el único caso de infección por el virus de la influenza porcina, fue atendido oportunamente, evitando el fallecimiento del niño Edgar Hernández mediante la aplicación de medicamentos simples y disponibles en cualquier farmacia de pueblo, la calma retorna a Veracruz. La enfermedad es curable si se actúa oportunamente y en ello debe ponerse el énfasis. Especulaciones y mal entendidos han quedado atrás; el gobernador personalmente salió a pararlas explicando ampliamente a la prensa local, nacional e internacional, de las eficaces medidas de blindaje sanitario adoptadas por su gobierno. Lo de la presunta responsabilidad de granjas Carroll y la secuela de presunta contaminación en la región de Perote, quedó desmentido: “la empresa porcícola trasnacional contamina en Puebla”.


Visitantes de otras entidades federativas o del extranjero, pueden visitar Veracruz con toda confianza. Así se desprende de lo declarado por el gobernador Herrera Beltrán a los periodistas que le cuestionaran en el ya famoso poblado de La Gloria, en el que por cierto, los programas fieles del gobierno estatal y del DIF, están a la orden del día y al corriente.


El día de hoy, en mensaje telefónico gravado, el gobernador Herrera Beltrán comunica a la población que la contingencia epidemiológica ha sido superada en Veracruz, registrándose saldo blanco. Lo que de inmediato impactó en los veracruzanos, que hasta donde se ha podido observar han bajado la guardia; en Xalapa, capital del estado, el número de personas haciendo uso del “tapabocas”, es sensiblemente menor al registrado la semana anterior. La calma ha retornado a los hogares y las campañas políticas de quienes aspiran a una diputación federal, pueden llevarse a cabo sin la amenaza de la transmisión de un virus desconocido que en Veracruz ha sido dominado.


En el poblado peroteño “La Gloria”, el saldo a favor son los pisos fieles y guarniciones de banqueta de color amarillo, así como la convicción de que la contaminación por el mal manejo de deshechos en las granjas poblanas de la empresa Carroll, no constituye amenaza alguna para la salud de los pobladores.


Así las cosas, se confirma mi percepción sobre la certidumbre de la palabra y liderazgo del maestro Fidel Herrera Beltrán. Aunque sin la menor intención de convertirme en fiel, reconozco que gracias a su acertado manejo de la contingencia no sólo nos ha sido dado constatar el grado de excelencia de los servicios públicos de salud en el estado, nivel cultural de la población en materia de prevención de desastres, excelentes niveles de higiene en el hogar, transporte urbano y espacios públicos, y nuestra natural predisposición a disfrutar de los días de asueto en la playa. También es de destacarse el amplio consenso, gracias a los medios de comunicación, respecto a que si bien en el resto del país la situación social, económica y política es crítica, en Veracruz, isla de la fantasía, no pasa nada.


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viernes, 1 de mayo de 2009

Oídos sordos a la especulación y el tremendismo

En Perspectiva


J. Enrique Olivera Arce

Para la sociedad tan grave es minimizar un problema como la actual epidemia provocada por el virus de la influenza porcina, como el magnificarlo dando pie a especulaciones sin sustento. Por ello es relevante el que las autoridades tanto en México como a nivel internacional, estén informando a la población puntualmente y con la mayor objetividad posible sobre la evolución, medidas preventivas a tomar en lo personal y familiar, y la estrategia asumida para frenar el avance de la amenaza epidemiológica. Pero también es de destacarse que la población deba asumir con responsabilidad la grave situación, prestando oídos sordos al tremendismo, guardando la calma, y evitando ser presa de la especulación y el pánico.


Desafortunadamente el horno no está para bollos. A nivel mundial la pérdida de credibilidad tanto en las autoridades como en la prensa escrita y electrónica, propicia tanto al escepticismo generalizado en torno a la eficacia en control de la emergencia, como a la sospecha de que la presencia de un nuevo tipo de virus a escala internacional bien pueda ser fruto del terrorismo ó acción deliberada de los gobiernos para desviar la atención de la opinión pública respecto a los problemas de deterioro económico y desempleo galopante. Sin faltar las especulaciones de corte religioso que ven en la pandemia de influenza porcina, un anuncio apocalíptico más de un castigo divino a una humanidad que ha perdido el sendero del bien.


Lo anterior se refleja en cientos de miles de mensajes que han inundado la red de redes del internet. A cual más, sin conocimiento de causa, participa en la proliferación de especulaciones, contribuyendo a la generación caótica del miedo irracional. Lo que agrava la ya de sí compleja respuesta de control y manejo de la crisis internacional de salud pública.


Pero al mismo tiempo confirma el carácter multidimensional de la crisis sistémica global, que acarrea lo mismo pérdida de confianza en la clase gobernante que la percepción de un alto nivel de riesgo para la calidad de vida de la gente. De lo que se deduce que las respuestas de coyuntura a la pandemia de influenza porcina, no pueden darse al margen de respuestas estructurales de largo aliento tanto en lo económico como en lo social y político. Con mucha mayor razón en países como México, epicentro de la amenaza epidémica, en los que la desigualdad, la pobreza, el analfabetismo y la marginación, la mayor de las veces son caldo de cultivo propicio para un creciente deterioro de la salud pública en amplios sectores de la población.


Y si bien las medidas coyunturales adoptadas por las autoridades de nuestro país en consonancia con las internacionales, se juzgan política y socialmente correctas, asumiéndose, por tanto, que todos estamos obligados a confiar y contribuir a sus mejores resultados, no se puede hacer de lado el que en lo estructural queda aún un largo trecho por recorrer.


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jueves, 30 de abril de 2009

Influenza. ¿Usted le cree a Fidel Herrera?

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

A ciencia cierta no se quien le cree y quien no le cree al gobernador Herrera Beltrán. Las opiniones están muy divididas gracias a los excesos mediáticos de la actual administración estatal. En lo personal y en referencia al tema de la influenza porcina, más allá de mi opinión personal sobre la política veracruzana, me inclino por creerle. No puede ser de otra manera. Frente a la gravedad de la amenaza epidemiológica todos los ciudadanos estamos obligados, por razones más que obvias, a confiar en nuestras autoridades, creer a pie juntillas en lo que estas informan sobre la evolución de la enfermedad, así como atender puntualmente todas y cada una de las medidas y recomendaciones que, con carácter preventivo, se han puesto a disposición de la ciudadanía. La vida va de por medio.


No creer, no confiar, dejándonos llevar por el rumor, la especulación o la maledicencia, a más de propiciar el miedo irracional, rompe con la necesaria unidad de los veracruzanos y da paso a la anarquía frente a un problema grave que no respeta condición social o económica. La amenaza es general y su atención atañe a todos por igual.


Pero si los ciudadanos estamos obligados a actuar con responsabilidad, con mayor razón debe prevalecer la cordura y la responsabilidad en el liderazgo que frente a la crisis de salud pública asume el gobierno de la entidad. No es correcto ni social ni políticamente, que desde el mismo poder público se atente contra unidad y credibilidad, politizando el manejo del fenómeno epidemiológico como ya está sucediendo.


Bastó una simple hipótesis atribuyéndosele a Veracruz el punto de partida de la infección para que el tema, por demás grave, adquiriera tinte electoral al negarse desde el poder ejecutivo tal posibilidad. De inmediato la maquinaria mediática entró en acción, respondiendo sin duda a consigna dictada, medios de comunicación y texto servidores al servicio del régimen procedieron al desgarre de vestiduras, ubicando al epicentro de la epidemia en el Distrito Federal, gobernador por Marcelo Ebrard, y en el estado de México, cuya titularidad del ejecutivo estatal recae en Enrique Peña Nieto. Sin faltar señalamientos infundados de una conspiración panista en contra del gobernador Herrera Beltrán, orquestada desde la oficina de Calderón Hinojosa.


Los mismos que en el tema de la refinería pedían una decisión técnica y no política, hoy, frente a la crisis epidemiológica, anteponen a criterios científicos el interés político de un futurismo fuera de lugar. No se vale. Si los veracruzanos estamos obligados a confiar en las autoridades estatales, en congruencia estas, a su vez, están obligadas a confiar en los estudios científico-técnicos de expertos y responsables del sector salud a nivel nacional que, por su parte, confían en las autoridades internacionales del ramo. Y estas, hasta este momento, no tienen elementos para afirmar donde, como, cuando, y bajo que condiciones hizo acto de presencia en territorio nacional el amenazante virus trasmisor de la influenza porcina.


Tampoco en este momento debería interesarnos generar polémica al respecto. La Organización Mundial de la Salud (OMS), ya declaró el nivel cinco de la alerta general y es mucho lo que está en juego; acompañando a la incertidumbre generada por la epidemia, la economía, ya de si deteriorada por los efectos de la crisis sistémica global, indirectamente paga un alto costo por la contingencia. Si la economía cae, lo sufrimos todos. De ahí que lo determinante sea el frenar la amenaza, evitar que se propague el mal y conducirle por los mejores cauces.


Por encima de intereses partidistas o pugnas electorales, está el privilegiar el interés más general de la vida, salud y economía de los mexicanos. No hay que perderlo de vista. Actuemos todos con responsabilidad observando tranquilidad, mesura y buen juicio, que con ello contribuiremos a que los veracruzanos crean en su gobernador, en su liderazgo, en un asunto que es de vida o muerte.


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miércoles, 29 de abril de 2009

Silvia Ribeiro: Epidemia de lucro

La nueva epidemia de influenza porcina que día a día amenaza con expandirse a más regiones del mundo, no es un fenómeno aislado. Es parte de la crisis generalizada, y tiene sus raíces en el sistema de cría industrial de animales, dominado por grandes empresas trasnacionales.

En México, las grandes empresas avícolas y porcícolas han proliferado ampliamente en las aguas (sucias) del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Un ejemplo es Granjas Carroll, en Veracruz, propiedad de Smithfield Foods, la mayor empresa de cría de cerdos y procesamiento de productos porcinos en el mundo, con filiales en Norteamérica, Europa y China. En su sede de Perote comenzó hace algunas semanas una virulenta epidemia de enfermedades respiratorias que afectó a 60 por ciento de la población de La Gloria, hecho informado por La Jornada en varias oportunidades, a partir de las denuncias de los habitantes del lugar.

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