lunes, 9 de junio de 2008

La Vía Campesina y la crisis mundial de alimentos

Por: Annette Aurélie Desmarais y Jim Handy*

No morir de hambre es, después de todo, estricta justicia.

Titulares periodísticos en todo el mundo proclaman la actual crisis global de alimentos. Los precios de los granos básicos se van al cielo e imposibilitan a millones de personas la compra de comida suficiente para sostenerse; en varias partes del mundo estallan disturbios por alimentos y los gobiernos luchan por encontrar salidas rápidas. Entre tanto, conforme el hambre y el miedo al hambre se extienden, agroempresas trasnacionales, especuladores e inversionistas cosechan pingües ganancias.

¿Cuáles son las soluciones a esta crisis? Los partidarios de la globalización neoliberal quieren hacernos creer que la crisis súbita es resultado de “escasez de productos” y “fallas del mercado”. Nos aseguran que la mejor forma de salir adelante es evitar que los gobiernos nacionales intervengan en el mercado, elevar la producción mediante la adopción de semillas modificadas genéticamente, y liberalizar aún más la agricultura y los alimentos. ¡Tal parece que no hemos liberalizado lo suficiente!

En cambio, los campesinos, granjeros y comunidades indígenas del mundo organizados en La Vía Campesina sostienen que la crisis es resultado de décadas de políticas destructivas, que la globalización de un modelo agrícola neoliberal industrial y de capital intensivo es la causa precisa de la crisis actual, y que “ha llegado la hora de la soberanía alimentaria”.

*Annette Aurélie Desmarais es profesora asociada de estudios judiciales en la Universidad de Regina, Canadá, y autora del libro La Vía Campesina. Jim Handy es profesor de historia en la Universidad de Saskatchewan, Canadá.

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