lunes, 16 de junio de 2008

El comal y la olla

Apunte para: gobernantes.com

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce


El Presidente debería estar más preocupado por la inflación, por la reforma energética, por los empleos y por la seguridad, pero todo indica que anda preocupado por el 5 de julio de 2009”.

Fidel Herrera Beltrán. Gobernador de Veracruz


Si algo se sabe hacer en Veracruz es tender cortinas de humo para desviar la atención de la ciudadanía, privilegiando trivialidades para ocultar lo trascendente. Sólo de esta manera se explica que el maestro Fidel Herrera Beltrán se lanzara a romper lanzas en contra de Calderón Hinojosa y su partido, cuando es público y notorio que entre ambos gobernantes existe un mutuo y respetuoso entendimiento republicano.


No entenderlo así, cuando la ciudadanía exige consulta pública sobre el tema petrolero y Jesús Ortega en visita previa y a nombre del calderonismo se lanza al ruedo apoyando la propuesta ya mejor conocida como “la tercera vía, a sabiendas de que esta iniciativa de la entidad de manera velada auspicia la privatización del patrimonio de la Nación, obligaría entonces a pensar que la “avaricia política”, que de manera expresa se da en ambos gobernantes, se reduce a un diálogo mediático entre el comal y la olla.


Un juego de valores entendidos en el que el gobernador veracruzano ofrecería su apoyo a la propuesta de reforma petrolera a cambio de evitar que el enemigo acérrimo del maestro Fidel Herrera Beltrán, que ahora sí ya es panista, pueda ser postulado como candidato a la gubernatura de la entidad.


Más cuando es notoria la carencia de personajes priístas que impulsados por el gobernador veracruzano, pudieran tener el tamaño y mínimo de posibilidades frente a un Miguel Ángel Yunes Linares que, conforme a lo expresado por este al formalizarse su registro como militante del PAN, viene con todo y a la cabeza; anticipando el tono de lo que podría esperarse de una guerra sucia y sin cuartel durante la campaña proselitista del 2010.


Sin embargo, lo que habría que tener claro, es que hoy lo que está en juego para México, no es la “Avaricia” político electoral, como se pretende hacernos creer. Lo que domina el escenario, lo verdaderamente relevante para la ciudadanía, es la codicia económica que en intencionalidad y propósitos anima a quienes promueven la privatización de la explotación petrolera, recurso estratégico de la Nación.


Fuera del estrecho círculo de la fidelidad, sincero o fingido, y sus adláteres que viven de la ubre común, y que por consigna e intereses personales compran el boleto de la “avaricia política” panista, para quedar bien con quien dicen manda en Veracruz, no es ya un secreto que tras el discurso desarrollista con el que se pretende justificar la ya famosa propuesta insular de la tercera vía, se oculta implícitamente el propósito de fortalecer la intención de Calderón de entregar el patrimonio petrolero a las trasnacionales norteamericanas y españolas. Frente a esta convicción y no obstante que en mucho y por muchos se coincida en calificar de exitosa a la actual administración pública estatal, la presunta cortina de humo no confundiría a importantes sectores de la población que consideran que las precampañas anticipadas, a más de tempraneras, gravitarían sobre recursos públicos que merecen mejor destino.


Porque si esta efectivamente nublara la visión nacionalista de la ciudadanía, entonces se tendría que hablar de que, a diferencia del 2007, lo que va a contar en el proceso electoral del 2009 no es ni la imagen ni el intenso trabajo y proyección mediática del gobernador veracruzano, ni la avaricia política de la derecha desatada, sino los magros resultados atribuibles tanto al gobierno federal como al de Veracruz que, entre otras cosas, ponen en duda resultados tangibles en el combate a la pobreza y la desigualdad, en el abatimiento de la inseguridad pública, ó en una efectiva protección civil frente a la vulnerabilidad de una infraestructura insuficiente. Lo mismo que se cuestiona la ineficacia en la atención a los problemas estructurales que aquejan a los sectores agropecuario, forestal y pesquero.


Adicionalmente, no podría dejarse de lado que la ciudadanía empieza a contar ya con un pésimo consejero, como lo es la carestía de los alimentos y pérdida de estabilidad económica y status social en los hogares veracruzanos, que en el 2009 podría ya inducir al voto de castigo.

Más allá de las tradicionales despensas, compra de votos, trastupijes, mapacherías y manejo mediático a que se nos tiene acostumbrados, el voto a emitir será sin duda el que la conciencia de una ciudadanía cada vez más informada, libremente determine. La consulta popular, por una u otra vía, se hará presente, aunque el diálogo entre el comal y la olla digan lo contrario.


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