lunes, 16 de junio de 2008

Periodismo ciudadano. A propósito de la libertad de expresión

Apunte para: Revista Análisis Político

En perspectiva

J. Enrique Olivera Arce


Desde España, Antonio Gómez, por conducto de: elmundano.wordpress.com, comparte la experiencia comunicacional vivida hace treinta años por los opositores a la dictadura franquista, consistente en la utilización de un rudimentario aparato de manufactura casera, al que se le conocía como vietnamita, para imprimir libremente en aquella España del miedo y la censura, valientes textos que clandestinamente se difundían entre la población. De miles de “vietnamitas” agrega el autor, salieron convocatorias a manifestaciones, octavillas de denuncia, panfletos ideológicos, revistas de facultad o de clubs de barrio, comunicados de comités de fábrica, o breves ediciones de Brecht, Machado, Nicolás Guillen, Hernández, ó fragmentos de la historia de España. “Un verdadero vendaval de ideas contradictorias, inteligentes, burdas, certeras o equivocadas, pero, en cualquier caso mil oportunidades de debate, conocimiento y difusión de formas de ver el mundo distintas a las oficiales”.



Hoy son otros tiempos, nos dice Antonio en su artículo “¿Son los Blogs las Vietnamitas del Siglo XXI?”. La vietnamita forma parte de la prehistoria de la humanidad junto a las cuevas de Altamira, el Cid Campeador y el oso Yogi. Las noticias vuelan más rápido que el viento, que es la mayor velocidad que podía alcanzar una octavilla. El conocimiento universal está al alcance de cualquier internauta”. Sugiriendo el autor que podría resultar interesante que fuéramos capaces de aprovechar las bondades que nos regala la tecnología y que “los “blogs” se convirtieran en las vietnamitas del siglo XXI. “Los refugios de quienes se niegan a tragar las ruedas de molino con que nos quieren convencer de que vivimos en el mejor de los mundos posibles”.



La sugerencia del español Antonio Gómez, siendo válida es extemporánea y ya en plena era de la revolución digital y con la “Web 2.0” en marcha, no se podría considerar “un refugio” marginal. La dinámica con la que las sociedades se apropian de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación es tal, que la red de redes hoy día aloja millones de blogs que cumplen en gran medida con los objetivos de esos rudimentarios aparatos que los españoles conocieran como “vietamitas”. Este fenómeno comunicacional sigue creciendo de manera exponencial, materializando las tesis que ya en la década de los setenta, Armand Mattelard planteaba para el periodismo de masas; sustentando la necesaria interacción entre emisor y receptor del mensaje. La masificación en la disponibilidad y empleo de ordenadores o computadoras de escritorio y portátiles con conexión a la internet, así como la dinámica en la generación de software de fácil acceso, hoy ya lo permite.


El éxito de la campaña de Barack Obama por la nominación demócrata a la presidencia de la Unión Americana, se atribuye, entre otras cosas, a una bien estructurada red de más de millón y medio de internautas, que a la labor de proselitismo agregaran la captación de recursos por más de 200 millones de US Dólares. Hillary Clinton, ha condicionado su aceptación a secundar la fórmula de Obama, a la previa consulta en la Internet con sus varios miles de seguidores y promotores de campaña.



La Internet en la política cumple así hoy con un papel preponderante en la construcción de la democracia participativa; las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s), cierran la brecha entre clases dominantes y subordinadas.



México no es ajeno a este fenómeno. La participación de miles de internautas en los procesos de interacción y retroalimentación entre emisores y receptores de mensajes en la red de redes, por conducto de los “blogs” y sitios temáticos, es evidente, y en la política ocupa ya un lugar preponderante. Baste como ejemplo reconocido incluso por los medios de comunicación tradicionales, el papel del blog sendero del peje jugado en la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en el 2006. Este fenómeno comunicacional, plural y horizontal, permanece y se multiplica en la “blogosfera”, creciendo día con día, motivado e impulsado por el movimiento en defensa del petróleo.



El debate y la consulta ciudadana a que se niega el poder formal, está presente en la red de redes. Un verdadero ejército de jóvenes informados y comprometidos que de cada computadora hacen una “vietnamita” del siglo XXI, vinculan esta experiencia con la calle; promoviendo círculos de estudio, brigadas en defensa del petróleo y comités en escuelas y colonias. Destacando la interacción de estos jóvenes internautas con académicos, expertos, escritores, y connotados politólogos como Lorenzo Meyer.



La construcción del periodismo ciudadano está en marcha y con ello un nuevo concepto de libertad de prensa y de expresión. El mensaje ya no se impone verticalmente desde arriba, sino que el pueblo mismo es el generador, actor, emisor y receptor de los mensajes que le son destinados. La libertad, ejerciéndola, se materializa como derecho universal.



Para el escritor nicaragüense, Sergio Ramírez (http://sergioramirez.com), “El viejo buque de los diarios de papel parece hundirse al chocar con el iceberg de la información electrónica, que, como todos los iceberg, apenas asoma la punta en un oscuro y helado mar de incertidumbres… Colectivos de información, redes de bloggers cada vez más extensas, periódicos digitales personales, hechos a la medida de cada quien, según gustos y necesidades. Se trata, además, de un cambio de manos del poder de la información. Ahora no se tratará del poder de la empresas, sino del poder personal, doméstico, de quienes manejan desde su casa un sitio, o escriben un blog, y pueden convocar a decenas de miles de lectores o interlocutores. Para esto no necesitan ni capital social ni cuentas de publicidad ni permiso ni licencia de los gobiernos. Y tampoco cobran por su producto ninguna suscripción, ni hay precio por ejemplar”.



No es aún momento de echar las campanas al vuelo, ni es prudente idealizar de lo que es capaz la ciudadanía tomando como aliado a la tecnología de la comunicación y la información en la construcción de la democracia participativa. Queda aún como asignatura pendiente el transformar cantidad en calidad, superar confusión y aterrizar credibilidad, orden y organización. Reto que por cierto tiene plena vigencia en la prensa tradicional, para poder así mantenerse en un mercado de lectores cada vez más exigentes y mejor informados.


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