miércoles, 7 de octubre de 2009

Dos mundos diferentes

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Por mucho esfuerzo que se aplique, harto difícil resulta substraerse del clima de discordia y encono que de manera temprana auspicia la pedestre y hasta obscena confrontación del PRI y el PAN en Veracruz. Paradójicamente ambos partidos a su vez enfrascados en como resolver el divisionismo que, con igual carácter, se da entre sus filas.


Entre la clase política y el ejercicio periodístico que gira en torno a esta, la motivación para conformar el escenario de negros nubarrones, se circunscribe a la sucesión del Maestro Fidel Herrera Beltrán; de esta depende el obtener o conservar privilegios, prebendas y hasta una manera cómoda y rápida de enriquecerse a costa de las arcas públicas. Un todos contra todos en el que los partidos minoritarios juegan el triste papel de mirones de palo, esperando, quizá, la oportunidad de sumarse a un PAN o a un PRI que les garantice su supervivencia.


Lo curioso del asunto es que quien marca la agenda de tal confrontación, es Miguel Ángel Yunes Linares, lo mismo al interior del PAN que al interior de la administración pública estatal cuya expresión partidista, el PRI, tantito afirma que el enemigo natural de Fidel Herrera Beltrán está políticamente muerto, y tantito se muere de miedo ante la sola idea de que el actual Director General del ISSSTE sea postulado como candidato del blanquiazul a la gubernatura del estado. Y no es para menos, de lograrse la unidad al interior del PAN y el consenso se de en torno a Yunes Linares, depende que el hasta ahora delfín del gobernador, cual globo de Cantoya, se eleve o lo le corten el gas dejándolo caer.


Para la vieja guardia priísta, conocedora de la inteligencia, perversidad y perfil psicopolítico de Fidel Herrera Beltrán, está claro lo segundo. Al ahora diputado federal le cortaría de tajo la cabeza optando por el llamado “plan B”, enfrentando en su momento a Yunes Linares con un comodín a la altura de la circunstancia. Y tan pesa tal percepción de un priísmo formado en usos y costumbres de un viejo régimen que ya está de retorno, que ello ha dado lugar a un cada vez más amplio consenso en torno a la desde ahora descalificación de Duarte de Ochoa; abriéndole paso libre a un personaje con mayor formación, experiencia, empuje y capacidad para enfrentar las malas artes del neopanista; lo que ya se refleja en los medios de comunicación masiva que, al margen de los dividendos que les reditúa el inflar mediáticamente al joven delfín, piensan y actúan ya en función del futuro cercano.


La descalificación de Duarte de Ochoa, se está llevando al extremo que ya toca las fibras más sensibles del mecenas, al que públicamente se le ha colgado la etiqueta de “mentiroso y ladrón”, con la pretensión de torcerle la mano para que anticipe la caída del delfín.


Y mientras en Veracruz se teje y desteje la grilla a bacinicazos y encuestas “patito”, nubarrones oscuros ensombrecen al país en su conjunto. La alianza entre el PRI y el PAN para sacar adelante el paquete económico propuesto por Calderón Hinojosa, auspiciada por Carlos Salinas, en su calidad de “Padrino” y, el “jefe Diego” en su carácter de cabildero de los intereses del poder fáctico, es más que evidente en el Congreso de la Unión. Tan evidente, que más que hablar de un muy posible bipartidismo en México, tal alianza de intereses comunes es calificada ya por la opinión pública como un unipartidismo soez bajo las banderas del PRIAN.


Ambiente propicio para engallar a un Calderón Hinojosa, que obcecado en dar continuidad al neoliberalismo en México, presuntamente sin oposición en el Congreso al contar con la anuencia del PRI, anuncia a bombo y platillo que los trabajadores contribuirán a resolver la crisis, financiando con sus fondos de pensión y ahorro para el retiro, el rescate de de sus patrones.


Si vivieran los Constituyentes del 17, el sólo conocer tal anuncio les llevaría a la muerte súbita; lo que no sucede con una izquierda electoral ni con un charrismo sindical inerte. La lucha de clases está muerta y enterrada en México; la prioridad hoy ante la pretensión reaccionaria de Calderón Hinojosa es la pugna por el poder y el control en dos delegaciones del gobierno del Distrito Federal.


La izquierda social es otro cantar. Para esta, Calderón y el PRIAN constituyen el peligro real para México y defenderán, a su modo, pero defenderán los derechos de los trabajadores, la economía popular, y la soberanía de este país hoy vulnerada y vilipendiada desde las trincheras de la derecha. Defensa inútil en una batalla desigual, condenada de antemano al fracaso, pero al fin defensa de los más caros intereses de la Nación.


No cabe duda, el México real y el Veracruz virtual, son dos mundos conviviendo en el mismo espacio en órbitas y tiempos diferentes.

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