miércoles, 9 de abril de 2008

La Torre de Babel

Apunte para “Imagen política”

J. Enrique Olivera Arce

A partir de un diagnóstico que no convence a nadie -¿por qué será?- sobre la situación que actualmente guarda Pemex, el Sr. Calderón Hinojosa le dicen a la Nación: “apoyemos a México con nacionalismo y decisión, y discutamos de manera abierta, objetiva y serena las alternativas y las opciones que existen para consolidar a Pemex, al hacerlo estaremos defendiendo a la nación y la soberanía. Hay que fortalecer a Pemex porque fortalecer a Pemex es fortalecer a México”.


Previamente, el “sistema nacional PAN”, por conducto de la Secretaria de Energía y el Director general de Pemex, fijó su posición: Petróleos Mexicanos requiere de alianzas con empresas privadas especializadas para obtener tecnología y capitalizar un programa que le permita superar la crisis en que se encuentra inmersa la petrolera, expresó Georgina Kessel, en tanto que Jesús Reyes Heroles, manifestó la necesidad de actualizar el marco regulatorio para dotarla de mecanismos ágiles y modernos para su operación ante la necesidad de que Pemex se adecue a los múltiples cambios en su entorno de negocios dentro y fuera del país. Ello al dar a conocer el Diagnóstico: situación de Pemex, documento que hace referencia a la situación en que se encuentra inmersa la paraestatal.


En el diagnóstico de marras se presenta a la empresa más rentable del mundo en una situación de crisis, y se hace mención de que Pemex pasó de ser la sexta empresa petrolera del mundo en 2004, a la décima primera en 2007, en orden de importancia. Lo que no se dice es que precisamente el período en cuestión se corresponde con las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón.


La funcionaria del gobierno calderonista concluyó en que “habrá una iniciativa en la medida que logremos tener un mínimo consenso con respecto al paquete de soluciones que se pueda dar para fortalecer a Petróleos Mexicanos”.


Lo relevante del llamado presidencial es el acotamiento que hace del tema de la reforma energética, reduciéndolo a un problema de eficiencia operacional de Pemex, al margen del contexto más general, que a estas alturas ya es de orden político y no técnico, al estarse hablando ya de una disputa por la nación en tanto está de por medio la confrontación de dos modelos opuestos de afrontar el futuro del país.


Lo anterior da pie a pensar que el gobierno federal deja al garete la posibilidad de que en el actual período ordinario de sesiones del Congreso, sea quien presente la iniciativa de reforma energética, dejándole el paquete a la partidocracia que controla ambas cámaras. Pero también genera suspicacias respecto a la posibilidad de una componenda en lo oscurito que de lugar a un albazo, previo un “consenso mínimo” entre el PAN y el PRI. No siendo circunstancial el que Manlio Fabio Beltrones le tome de inmediato la palabra a Calderón, saliendo a declarar: “Debate sí, pero técnico y científico, los políticos ya hablamos demasiado sobre el tema petrolero…”. Con lo que implícitamente manifiesta su acuerdo con el acotamiento, pero no sólo eso, por su parte limita también el posible debate, excluyendo de este y por anticipado, tanto a los partidos políticos como al movimiento social que se está manifestando en contra de la privatización.


A contrario sensu, en opinión de los diputados y senadores del PRD, PT y Convergencia es indispensable que el debate sea incluyente, de alcance nacional, que atienda todas las voces, las de los académicos y técnicos de la UNAM, Politécnico Nacional, Instituto Mexicano del Petróleo, universidades públicas, investigadores independientes y organizaciones sociales. Planteando que es necesario que todas las posiciones tengan espacios en los medios, con las mismas posibilidades de ser escuchados y tomados en cuenta.


Posiciones encontradas: debate universal o debate acotado; participación de la sociedad en un tema que compete a todos, o encuentro entre notables. Lo que hace del tema de la reforma energética una verdadera Torre de Babel. Lenguajes distintos pero también intereses diferentes. En tanto el “sistema PAN” le apuesta a la participación del capital privado en PEMEX, por así convenir a las poderosas trasnacionales, el PRI le apuesta al capital político, con vías a su retorno a Los Pinos, con Manlio Fabio Beltrones a la cabeza. El PRD, Convergencia y PT pugnan por sobrevivir al bipartidismo de facto, vinculándose estrechamente con las causas populares. Sobre la marcha, un movimiento social creciente, exige ser incluido en la toma de aquellas grandes decisiones que competen a todos los mexicanos.


Lo que está en la balanza no es un asunto menor. La reforma energética está entrampada, acotada a su vez por una reforma fiscal tímida e incompleta, dentro del marco de una reforma de Estado que ha resultado ser ni más ni menos que la Caja de Pandora. Lo único que queda claro es que la componenda y el engaño ya no tienen cabida cuando está en juego el futuro de la Nación.

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