martes, 29 de abril de 2008

Memoria histórica y apropiación de las TIC´s

Apunte para: Our words in resistance

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce


El pasado viernes 26 en entrevista concedida a Ciro Gómez Leyva, Manlio Fabio Beltrones, Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, reconoció que en los 16 días de toma de los salones de pleno del Congreso de la Unión por parte de legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP), no hubo vencedores ni vencidos. En ambas Cámaras se trabajó, cumpliendo las comisiones respectivas con sus tareas legislativas, y en ningún momento se interrumpió el diálogo y la negociación entre las diversas corrientes políticas que concurren a la máxima representación popular. “Con la desocupación de las tribunas ganaron las instituciones”, expresó el senador priísta, lográndose hacer prevalecer el diálogo respetuoso y constructivo entre pares. Con ello puso así, fin a las especulaciones mediáticas y al tremendismo televisivo con las que se pretendió confundir a la ciudadanía.


Ni hubo secuestro del Congreso, ni mucho menos una actitud golpista por parte de los legisladores del FAP. Como aseveraran la mayoría de los medios de comunicación y sus “texto servidores” y presentadores de noticias.


Sin embargo, vale la pena reflexionar hasta donde se perdió y se ganó. Ya no en cuanto a los encontrados posicionamientos partidistas en el seno de la crisis legislativa, en los que ha quedado claro que las reformas a las leyes secundarias propuestas por el Poder Ejecutivo Federal para un presunto fortalecimiento de PEMEX, por su relevancia y trascendencia merecen un mayor análisis y la innegable necesidad de un debate nacional sobre un tema que es de la competencia de todos los mexicanos.


Lo que a mi juicio queda como tema para la reflexión, es lo que la ciudadanía en general ganó o perdió frente al conflicto, en el marco de la construcción de la vida en democracia. Habida cuenta de que en los últimos cincuenta años nunca una iniciativa presidencial puesta a consideración del Congreso, despertara tanto interés, resistencia, participación y confrontación entre los ciudadanos.


El conflicto legislativo, y la toma de las tribunas queda para la historia como un hecho anecdótico. La iniciativa, organización, disciplina, orden, y el afán de participar en lo que a todos compete y afecta, mostrada por el movimiento social en defensa del petróleo bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, se inscriben como una experiencia colectiva más de las ya acumuladas en la larga lucha de la izquierda por un mundo mejor; inserta en la memoria histórica de un pueblo al que se le considera menor de edad e inercialmente desmemoriado.


A la par que se inscribe históricamente como un hecho de nuestro tiempo en la búsqueda de hacer prevalecer el espíritu de la vida en democracia, el que amplios sectores de la población, frente a los medios tradicionales de comunicación y sus mensajes verticales y unidireccionales, se apropiaran de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC´s); dándosele a la transmisión y recepción de mensajes socialmente útiles la horizontalidad recíproca e interactiva, coadyuvante a la toma de consciencia y organización de masas.


No siendo por tanto circunstancial que el “periodismo ciudadano”, mediante blogs en Internet y el uso racional de la telefonía celular, se impusiera por sobre la desinformación generada por los medios tradicionales. A manera de ejemplo, bastaría con echarle una ojeada al blog “Sendero del Peje”, ejemplo de los cientos que han inundado la blogosfera en pro de la defensa del petróleo, constituyéndose en instrumentos válidos para la discusión y un amplio debate. Sin los cuales no se explicaría la capacidad de convocatoria que ha permitido movilizar y concentrar, una y otra vez, a miles de ciudadanos en el zócalo de la capital de la República.


Esta experiencia comunicacional en nuestro país, soportada en las nuevas tecnologías, ampliamente aceptada y aplicada a escala internacional por los movimientos sociales en el mundo globalizado, para muchos podría carecer de relevancia. Sin embargo, constituye una conquista popular y antecedente para movilizaciones futuras. El periodismo ciudadano en México y una nueva manera de comunicación social, llegaron para quedarse.


Para la clase política, posiblemente nadie gana ni nadie pierde con el acuerdo de debate signado por los seis coordinadores parlamentarios. Para la izquierda social en su conjunto, tendría que hacerse un balance objetivo sobre lo que se gano y lo que pudo haberse perdido con la confrontación entre las fuerzas perredistas confrontadas.

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