sábado, 12 de abril de 2008

Nunca tantos se preocuparon por tan pocos…

Apunte para Newsver

J. Enrique Olivera Arce


Como en aquellas películas de episodios que pasaban en el Teatro Herrera en Xalapa, fracasada la primera etapa del affaire mejor conocido como reforma energética, al no lograr un primer consenso en el Congreso de la Unión en torno a una iniciativa legal que nunca se hizo explícita, se pasó al segundo episodio: una especie de debate acotado y excluyente, tomando como punto de partida un remedo de diagnóstico dado a conocer por la presidencia de la República y la dirección general de Pemex. Mismo que fue rechazado por “catastrofista”, incompleto y sensiblemente sesgado a favor de las necesarias y urgentes alianzas estratégicas con la iniciativa privada para poder acceder al “tesorito”. Fracasado este segundo paso se dio un breve impasse en el que se giró en torno al “di tu primero”, coronado por las declaraciones de Calderón Hinojosa en Chiapas, quien evadiera dar respuesta a la prensa, rehusándose a hablar sobre la reforma energética con un lacónico “No tengo idea, no sé”, cuando se le preguntó si su partido presentará la iniciativa de reforma legal entre este martes y miércoles.


Hoy, mediando tres meses de dimes y diretes, amagos y amenazas, acompañados de un gran escándalo mediático, un día después de lo declarado por el titular del poder ejecutivo federal, éste turna al Senado de la República la ansiada iniciativa, jurando y perjurando en cadena nacional que no contempla ninguna intención privatizadora. Dándose entrada al tercer episodio de la trama, al dejarse el balón en manos y pies de un Congreso de la Unión acotado por un respetable integrado por hombres y mujeres, dispuesto a hacerse escuchar en defensa del petróleo. ¿Cómo concluirá este tercer episodio? ¿Se aprobará la iniciativa en el actual periodo ordinario de sesiones del Congreso? ¿Se cumplirá con la promesa de no privatizar? ¿Pesará en el ánimo de los legisladores la opinión del respetable? ¿Serán apaleadas las adelitas? ¿Se impondrán los buenos sobre los malos? Estas y otras interrogantes tendrán respuesta en el próximo episodio. No falte y asista con su buena dotación de pistaches mexicanos.


Y mientras se proyectaba la película, a lo largo de los dos primeros meses para la mayoría de los medios el PRD había perdido la significancia político electoral lograda en la elección presidencial del 2006. Si en ésta el partido del sol azteca se elevó a la categoría de segunda fuerza política del país, a lo largo de un año se afirmaba había echado por la borda el capital político acumulado gracias al liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, retornando a su mediocre 17 por ciento de aceptación electoral.


La influencia de los medios de comunicación en la vida cotidiana de millones de mexicanos, pesó en tal sentido. Implícita y explícitamente se llegó a considerar en amplios círculos de la población, que también podría darse por muerta presencia y liderazgo del tabasqueño en la vida política nacional.


Pero bastó el que en medio de la guerra por los energéticos, en el PRD se diera una elección fallida, ampliamente cuestionada, y hoy impugnada ante el TRIFE por el grupo de “los chuchos”, a la que incluso se llegó a calificar como cochinero por los propios contendientes, para que a lo largo de los últimos 22 días los mismos medios confirmaran que el PRD no estaba muerto, andaba de parranda. El presente y futuro del partido del sol azteca reapareció con renovada fuerza en la escena nacional. No sólo ha tenido presencia destacada, también ha sido tema relevante para miles de ciudadanos, que días antes minimizaran al partido de las tribus, acusándole de ensuciar las aguas con su pataleo de moribundo.


Nunca tantos se preocuparon por tan pocos. Paradójico.


Y ni que decir de Andrés Manuel López Obrador, sepultado en vida para muchos, hoy ocupa el papel estelar en la agenda política, pone en el centro de la preocupación nacional el tema energético y el futuro de Pemex, y su liderazgo en sectores importantes de la sociedad es inobjetable. Tanto que el sistema de partidos, el gobierno federal, los gobernadores, senadores, diputados, las iglesias, nuestros ramplones empresarios domésticos y las poderosas trasnacionales, ven en el movimiento social que encabeza, al verdadero “peligro para México”.


Tanto que Calderón Hinojosa, navegando contra corriente en su barquito de papel, al costo que sea y “aiga como aiga sido”, toma la decisión más importante de su gris desempeño, al poner a consideración del Congreso de la Unión su propia versión del modelo de país a que aspiramos los mexicanos.

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