jueves, 20 de agosto de 2009

Calderón, fallar hasta en el fracaso

Leopoldo Gavito Nanson

Tan criminal es el desvío y mal uso de los recursos presupuestales públicos como el subejercicio o no uso de ellos en las materias para las que fueron destinados. Lo primero suele ser pillaje, apropiación. Lo segundo, incompetencia.

Tal es el caso de la administración pública federal conducida por Felipe Calderón. No es ocioso el subrayado, este desagradable futuro inmediato que se perfila y que se agravará en 2010 tiene responsables: el presidente y su gabinete económico.

Atrás de las sonrisas protocolarias y fanfarronas está el miedo, la desorientación. Ha sido década tras década de drenar a Pemex en lugar de usarlo como apalancamiento para el desarrollo. La metáfora de la gallina de los huevos de oro, pero en proporciones oceánicas.

El mismo criterio de política energética, si acaso, un sexenio tras otro hasta que le reventó en las manos a la administración actual. Tan igual, que incluso sería posible cuestionarse que en 2000 haya habido realmente un cambio de régimen.

Y, en efecto, el miedo lo traen puesto debajo de sus sonrisas presuntuosas. Se duele Felipe Calderón del déficit de 300 mil millones de pesos por la caída en la producción y en los precios del petróleo. Dijo Carstens que nos alcanzó el destino. No.

Los acanzó a ellos, que desde que inició la administración varios fueron los que les advirtieron que el sobreprecio petrolero no duraría.

Por eso es que les dicen en Brasil a los partidos políticos que no pueden solos frente al futuro inmediato de 2010. En efecto, no pueden. Ni solos ni acompañados. Lo más que han podido articular es encontrar el eufemismo para quiebra financiera. Le han llamado shock. Le piden a los partidos políticos que colaboren, pero lo hacen únicamente apelando a la buena voluntad del interlocutor.

Simplemente eso no es serio. Si aspiran a que la oposición les saque castañas del fuego, lo menos que puede hacer cualquiera que tenga idea de lo que está haciendo es plantear la base, la plataforma de aquello para lo cual pide ayuda o colaboración. No a ciegas, con base en la mera buena voluntad y fe del interlocutor. Al grado que, maternal, Beatriz Paredes tuvo que recordarles a los señores del gobieno federal que corresponde primero a ellos presentar las bases sobre aquello de lo que piden ayuda, el tema del prespuesto de ingresos y egresos.

Son detalles como éstos los que resultan incluso más escalofriantes que haber sacado al Ejército a las calles, sobre lo cual, se podría conceder cierta concepción sobre el uso e intensidad de la fuerza como recurso.

Otro ejemplo: el domingo se dio a conocer la petición de Agustín Carstens al IFE por la vía de un memorándum de reducir su gasto ordinario en más de 154 millones de pesos, pero sin tocar el financiamiento a los partidos políticos. O el pronóstico de que no se recuperará el ingreso petrolero por lo menos en los próximos cinco años.

Frente a todo eso, el gobierno de Calderón da marcha atrás a las medidas anticíclicas que había planteado y cancela la construcción de caminos y carreteras. El objetivo federal es lograr un balance presupuestal hasta el final del sexenio de Calderón. Hasta 2012.

Así, menos de tres años le han sido suficientes a los señores del gobierno federal para colocar al país dentro de caracterizaciones que parecen dramáticas, pero que son reales: un país quebrado, sangrante, incivil, y al borde de un abismo. El número de denuncias sobre violaciones a los derechos humanos presentadas en la CNDH de Soberanes se dispararon en el último par de años 600 por ciento.

Hace un año, en estas fechas, Calderón y el PAN querían extraer más petróleo lo más rápido posible para aprovechar los altos precios que había en el momento y obtener más ingresos fiscales sin necesidad reforma fiscal real; delegar en el capital privado la construcción refinerías y la exploración y extracción de petróleo en aguas profundas. Fantaseaba el gobierno con no tener que suprimir los recursos de Pemex para el erario y con hacer de los grandes consorcios petroleros inversores en México, aliados políticos significativos.

Hoy, el gobierno de Calderón encabeza la ambivalencia entre el Estado fallido y el narcoestado.

leopoldogavitonanson@gmail.com

La Jornada Veracruz 20/08/09

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