sábado, 26 de julio de 2008

La consulta va. No se puede seguir tapando el sol con un dedo

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce


“Poder sin sociedad tiende a engendrar sociedad sin poder”

André Gorz


Faltando unas horas para el inicio de la Consulta Ciudadana sobre la reforma petrolera, en la que un importante segmento de la sociedad mexicana habrá de manifestarse a favor o en contra de las iniciativas que en la materia Calderón Hinojosa pusiera a consideración del Congreso de la Unión, lo destacable no es el resultado en sí de este ejercicio democrático, descalificado por la reacción y encubierto por el silencio casi total de los medios de comunicación de masas. No. Lo que a mi juicio vale la pena rescatar es que pese al cerco informativo y la andanada de descalificaciones, incluida la del fuego amigo, un sector consciente de la población contribuirá, al emitir su opinión, a ratificar, entre otras cosas, que:


La democracia representativa en México, que el pueblo como mandante hace descansar en sus mandatarios, ya no responde a sus fines. En tanto la voluntad popular expresada en las urnas, ha sido secuestrada por una clase política insensible, acomodaticia y corrupta;


Un importante segmento de la población pretende reivindicar, por la vía pacífica, el derecho ciudadano a la participación democrática en la toma de aquellas decisiones que competen a todos los mexicanos. Exigiendo de los mandatarios el respeto irrestricto a la voluntad de los mandantes;


La polarización social y política que divide a los mexicanos, a dos años de distancia de las elecciones presidenciales del 2006, lejos de atemperarse se profundiza. Lo que sólo puede atribuirse a la manifiesta incapacidad del subsistema de partidos políticos, para conciliar los diversos intereses encontrados en el seno de una sociedad plural, enferma de desigualdad, pobreza, corrupción e impunidad;


Frente a la inquietud social y política que ha generado la propuesta gubernamental de reformas y adecuaciones en la industria petrolera, está en curso un proceso creciente de pérdida de credibilidad de las instituciones republicanas, en detrimento de la gobernabilidad;


La irrupción en la vida social de México, de una nueva cultura política de participación ciudadana, refleja la tendencia internacional orientada a un nuevo ascenso de masas, que reivindica el nacionalismo revolucionario como vía para avanzar en la defensa de la soberanía sobre recursos estratégicos escasos, como los energéticos, el agua y los alimentos.


La consulta ciudadana va, y si lo que refleja no es tomado en cuenta por la clase política para actuar en consecuencia, reduciendo la brecha que separa a mandantes de mandatarios, reconstruyendo los cimientos de la débil e incompleta vida democrática de México, el pueblo se los demandará por caminos nada deseables que todos habremos de lamentar. No se puede seguir pretendiendo que el sol se puede tapar con un dedo.


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