miércoles, 24 de diciembre de 2008

Veracruz. Frente a la crisis, optimismo navideño

Pulso crítico
J. Enrique Olivera Arce

"Los tiempos mandan, ofuscan, aplastan."
Rolando Cordera Campos


Inyectando ánimo, el gobernador Fidel Herrera Beltrán, a quien por cierto ya le colgaron el mote de “Visionario del Siglo XXI”, insiste en asegurar que Veracruz está preparado p ara enfrentar la crisis que hoy tiene de cabeza al mundo entero. “Hay gobierno, hay claridad, hay un plan, fortalezas que se han construido desde el sector público con finanzas sanas, así como con atracción de inversiones”, proclaman las plumas cortesanas tras escuchar al gobernante mantener su optimismo afirmando que así como la crisis no golpea por igual a todos los países del planeta, tampoco a todas las regiones del país, “… Acá en Veracruz tenemos todas las condiciones para vivir mejor y progresar”, puntualiza el mandatario.


Que bueno que así fuera. Podríamos felicitarnos por ello al compartir con familiares y amigos el tradicional pavo en estas fiestas decembrinas; al nivel de la calle para una gran mayoría de los veracruzanos de a pie, bastaría con la mitad de lo declarado por el gobernante y profusamente difundido por los medios de comunicación, para hacer nuestro tal optimismo navideño. Para nuestro infortunio, la terca realidad insiste en confirmar con hechos irrefutables que no hay correspondencia entre lo que se declara y medidas gubernamentales concretas tendientes, cuando menos, a mantener los niveles históricos de pobreza, miseria y desigualdad que, pese a contar con todas las condiciones para vivir mejor y progresar, se ven ya incrementados por los primeros efectos de la crisis.


Observándose que en los tres órdenes de gobierno, en las estructuras partidistas, y entre intelectuales orgánicos y comunicadores, es mayor el esfuerzo por ocuparse del proceso electoral en puerta que por entender el carácter multidimensional de la crisis y tratar de actuar en consecuencia. Así, cuando en la calle, en el hogar, en el trabajo cotidiano, y hasta en los propios círculos políticos cercanos al mandatario veracruzano, se comentan las nada optimistas noticias, nacionales y extranjeras, sobre el impacto de la crisis en la economía real, la clase política estatal se desgasta en una absurda guerra sucia electoral que pretende atemperarse con un nuevo pacto político, tomando a la golpeada economía como pretexto a modo.


¿Acaso con un pacto político al que concurran partidos y sectores productivos, se van a reintegrar los fondos disminuidos de ahorro para el retiro de los trabajadores de México, cuya “minusvalía” ya alcanza la cifra de 87,300 millones de pesos? ¿O se dará marcha atrás en la aprobación del salario mínimo para el 2009, incrementado de manera soez e inhumana en dos pesos diarios? Sin duda que no, como tampoco Fidel Herrera Beltrán cuenta con una varita mágica que obligue al mercado a frenar la escalada de precios, a retornar a los altos precios del petróleo, ó a revertir los efectos nocivos de una crisis sistémica que pone al mundo de rodillas.


Pero estamos en Veracruz, así se mueve el pandero. No hay de otra, lo primero es lo primero, los tiempos mandan; después de Julio del año que se inicia, ya habrá oportunidad para preocuparse y ocuparse de nuestras fortalezas y debilidades.

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