jueves, 27 de noviembre de 2008

Ingenios azucareros, ¿gran negocio para quién?

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

“En Veracruz se ha probado que los ingenios azucareros son un gran negocio, y que no habrá ninguna duda para seguir respaldando a esta industria, a los trabajadores, productores cañeros y el sector empresarial”, dijo el gobernador Fidel Herrera Beltrán al anunciar que conjuntamente su gobierno y el que encabeza Felipe Calderón Hinojosa, destinarán 360 millones de pesos para rescatar al menos cuatro factorías azucareras, garantizando que realicen la zafra 2008-2009.


La aportación del gobierno estatal se materializaría con recursos provenientes de recursos generados en el Fideicomiso de la Bursatilización del Impuesto sobre la Tenencia Vehicular, “previa autorización del Legislativo local”, y el rescate se iniciaría con el ingenio “San Gabriel” en Cosamaloapan, cuyo propietario es el Grupo Santos.


En lo anunciado y dados los antecedentes de la industria azucarera en la entidad, saltan a la vista dos aspectos a considerar que deberían ser tomados en cuenta por los legisladores locales antes de levantar el dedo para mayoritear:


Si como afirma el gobernador, los ingenios son un gran negocio, ¿porqué sus actuales propietarios tienen necesidad de ser rescatados una y otra vez con recursos públicos de todos los veracruzanos?


La crisis de los ingenios azucareros no es resultado de la actual crisis económico financiera global que ya impacta a México, viene de muy atrás y es resultado tanto de muy turbios manejos en la administración, gubernamental o privada de las factorías, como de la política comercial de puertas abiertas a la importación del edulcorante, adoptada por el gobierno federal en perjuicio del campo cañero que siempre termina pagando los platos rotos, luego cabe la pregunta: ¿Se rescata a una fuente de trabajo para miles de obreros y productores de caña de azúcar que viven permanentemente engañados tanto por los propietarios de las empresas como por el gobierno? O simplemente, se premia una vez más a la ineficiencia y corrupción de unos cuantos vivales que saquean una y otra vez a la que según el gobernador es una industria próspera.


Si así es como el gobierno estatal dice blindar a la economía veracruzana frente a la crisis global, algo anda mal y no tardaremos en ver las consecuencias. Los recursos de la bursatilización no son ilimitados ni como afirma Javier Duarte de Ochoa, son la panacea. La ausencia de una política integral y congruente de rescate del campo veracruzano, rinde permanentemente frutos enfermos cuya cura no puede seguirse soportando con palos de ciego coyunturales, basados en políticas públicas asistenciales o reparto de despensas partidarias. Hoy se pretende rescatar a la agroindustria azucarera con aspirinas, ya se anunció también el rescate de la economía citrícola con el mismo remedio. ¿Qué sigue? ¿La industria pesquera que es un desbarajuste? ¿O la pequeña empresa industrial y comercial de la entidad al borde de la quiebra?


Anuncios espectaculares en un proceso electoral a la puerta, que son eso, anuncios espectaculares para impactar en los votantes. Caravanas con sombrero ajeno en el medio de una crisis global que las autoridades gubernamentales parecen ignorar.


Por favor, ya basta de ofender a la inteligencia de los veracruzanos.


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