martes, 18 de noviembre de 2008

IV Informe de Gobierno de Fidel Herrera Beltrán

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

El castillo de naipes se derrumba

El afán protagónico de algunos que quieren, pero no saben como mantenerse entre los priístas que aspiran a la gubernatura de Veracruz en el 2010, dieron al traste con las intenciones triunfalistas de lucimiento del Maestro Fidel Herrera Beltrán, como motivo de la presentación de su IV Informe de Gobierno.

Lo que pudo haber sido la culminación de un esfuerzo de trabajo sin precedentes a lo largo de cuatro años, quedó mediáticamente en segundo término; dando paso a la magnificación de un verdadero sainete por parte de la diputación local, gracias a la impericia, soberbia y sometimiento a todo lo que provenga del titular del ejecutivo, así como el pánico que anticipadamente genera la posible candidatura de Miguel Ángel Yunes Linares. El show se coronó con el exabrupto de Carolina Goudiño Corro, presidenta de la mesa directiva de la LXI Legislatura, al hacer referencia en su discurso de respuesta, a que “en Veracruz no queremos pederastas, no queremos que sean interrumpidas las ilusiones y el desarrollo de los menores de edad. En Veracruz le decimos a los pederastas que este no es su estado, en Veracruz los niños no se tocan”.

Alusión personal nada velada, fuera de lugar y reflejo del pánico que acusa el fidelismo ante la cercanía del 2010.

Si para un sector minoritario de la población era de interés conocer de primera mano el resumen de logros, aciertos y rezagos pendientes de la administración pública estatal en el cuarto año de gestión, su deseo se frustro. Lo que se ha puesto a su consideración es el escándalo, el exceso de seguridad dentro y fuera del recinto parlamentario, la falta de oficio político de los legisladores locales y la falta de autoridad moral y política de los conductores de la mayoría priista para, cuando menos, obtener consenso en torno a la realización de un acto protocolario con el que el titular del ejecutivo da cumplimiento a on ordenamiento constitucional. Destacando, por lo publicado en los medios, que la bancada mayoritaria tricolor se gobierna por un triunvirato en el que Héctor Yunes, Carolina Goudiño, y Erick Lagos, cada uno por su lado, opone su interés personal a la buena marcha de la Legislatura.

Para la mayoría de la población, quizá no signifique nada lo acontecido. O no se enteró, o no le interesa, que para el caso es lo mismo. En el imaginario popular priva la idea de que con diputados o sin estos, Veracruz mantiene su marcha al paso que dicta el titular del ejecutivo estatal. Lo cual no se aleja de una verdad incontrovertible: en la entidad no existe la división de Poderes.

Lo hemos afirmado en diversas ocasiones, el triunfalismo mediático termina por revertirse en contra de quien lo practica. Tal es el exceso en la promoción de imagen del Maestro Fidel Herrera Beltrán, que bastó una nota informativa sobre la represión a manifestantes indígenas del Totonacapan por parte del gobierno veracruzano, y un desaire sin sustento de un grupo de diputados opositores -por cierto bien maiceados-, para que el castillo de naipes se derrumbe. La realidad se encargó de minimizar lo positivo, ubicando la luz de los reflectores en lo más oscuro del régimen.

Lo anterior trae a cuento una pregunta que muchos se hacen: ¿Qué caso tiene destinar tanto dinero a una política de comunicación social, cuando la realidad afirma todo lo contrario a lo que los boletines oficiales difunden?

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